Veintidós meses después de que l’Alcora quedara en manos del tripartito, hoy podemos constatar que nunca antes un dicho fue tan cierto. Si desde hace meses venimos alertando de los aires de grandeza del alcalde de Compromís en los últimos días hemos visto como su mayor capricho, además de un derroche es también una chapuza y un agravio al municipio y al sector cerámico.

Nadie puede entender como en la remodelación de la plaza del Ayuntamiento, pueblo cuna de la cerámica y referente del sector se haya empleado un pavimento que lejos de plasmar la riqueza, la innovación y servir de escaparate mundial para promocionar y exhibir las últimas novedades cerámicas se haya utilizado un material propio del siglo XXI. Ni el color ni el material están pensados para un espacio al aire libre. Esperábamos un pavimento más práctico y moderno y no uno de hormigón amarillo que dista de ser la mejor carta de presentación y que se ensucia y estropea solo con mirarlo.

DE POCO o de nada le sirvió al alcalde imputar a los vecinos el gasto de 1.100 euros de su paso por la feria de Cersaie o su asistencia a Cevisama donde ideas no trajo ninguna. Lo que prometió ser un una cerámica de primer orden, ha acabado siendo una vergüenza para l’ Alcora, pese a que la obra ha acabado con sobrecostes. No entendemos a que se debe este recorte en la calidad de un azulejo cuyo deterioro es ya tan evidente que van a tratar con un producto que puede acabar convirtiendo la plaza en una verdadera pista de patinaje. Tampoco sabemos aún cuánto vamos a pagar de más por el capricho de Garcia. Lo que si sabemos es que vamos a pedir responsabilidades y que mucho deberá esforzarse para justificar sus chapuzas y su falta de apuesta por dar proyección a nuestra industria aunque, lamentablemente, ya.

*Concejala del Partido Popular en el Ayuntamiento de l’Alcora