La llegada de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE ha abierto un tiempo nuevo en el Congreso de los Diputados. La reciente moción de censura de Podemos dejó claro que no hay una mayoría alternativa para desbancar a Mariano Rajoy. Pero el día a día deja claro que en determinados temas, en los que el PP exprimió su mayoría absoluta durante la última legislatura, hay margen para derogar muchas normas. El jueves pasado fue la ley de RTVE, por la que a partir del otoño se deberá elegir a la dirección con mayoría cualificada y entre profesionales. Pero hay otras muchas. Algunas que afectan a tema sociales, como la contrareforma de la ley de alquileres que empuja la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o el techo de gasto que hay que aprobar antes de las vacaciones. Y otras que afectan a la calidad democrática como es el aforamiento de los cargos públicos.

La suerte de estas reformas dependerá de dos factores. De que el clima entre Podemos y el PSOE no sea de competencia electoral sino de colaboración parlamentaria. Algo que se ha conseguido en el tono en las últimas semanas y que hay que ver si se traslada a los hechos. Y en segundo lugar, de la actitud de Ciudadanos que está en su pleno derecho de defender su espacio ideológico pero que debe su éxito a un espíritu reformista que no puede quedar atrapado en las exigencias de responsabilidad del Gobierno. Contra lo que anunció, Rajoy está dispuesto a enmendarse para no quedarse en minoría.