Cuando hace seis años los ciudadanos de Benicàssim me encomendaron con su voto mayoritario la responsabilidad de asumir la alcaldía, encontré en el Ayuntamiento y heredado del tripartito algunos problemas gravísimos en mi ciudad. Proyectos estancados por la incompetencia de un equipo de gobierno que prefería colgar pancartas que trabajar. Como era el caso de Villa Elisa. Por un gobierno de izquierdas derrochador y mal gestor, que dejaba un pufo de 17 millones de deuda en bancos y 1,2 millones de facturas escondidas en cajones. Por unos concejales que crearon una sociedad turística que escondía enchufados a dedo y desviaba contrataciones hasta llevarla a la ruina. Con un proyecto de centro de mayores inacabado e inviable, y con un tanatorio construido irregularmente, lo que impide su puesta en marcha. Con una ciudad turística de la que había huido el turismo. En definitiva, un Benicàssim para echarse a llorar.

Con ese panorama desolador dejado por los que dicen que salvan personas, pero que en realidad arruinan pueblos, el Partido Popular llegó con un objetivo: reactivar Benicàssim. La receta: constancia en el trabajo. Así, en los primeros años, dimos la vuelta a la ciudad, como un calcetín, y reactivamos la economía, aún en tiempos de crisis. Nuevos festivales, apertura de comercios, restaurantes, eventos. Facilitando el desarrollo. Haciendo del Ayuntamiento un posibilitador, un aliado y no el enemigo como era antes.

Mientras tanto, nos tomamos la decisión de trabajar con constancia y tenacidad para desbloquear los proyectos paralizados por el tripartito. Nosotros a nuestro objetivo. Ahora solo queda por arreglar el desaguisado del CEAM (Centro Especial de Asistencia al Mayor) y el tanatorio. Y ya les digo yo que lo conseguiremos para Benicàssim.

*Alcaldesa de Benicàssim