Querido/a lector/a, es evidente que tenemos problemas. Por cierto, no solo me refiero a ti y a mí, sino a todos los que vivimos en el planeta Tierra. A quienes a pesar de tener todas las posibilidades, de ser los putos amos de todo lo que se pueda controlar y, además, tener la poca vergüenza de autodenominarnos humanos y racionales, en el sentido de que discurrimos con justicia y rectitud y somos sensibles a los infortunios ajenos, no somos capaces de generar el objetivo esencial de las viejas constituciones republicanas y de la existencia: la felicidad. Así es que, tenemos problemas.

Pero bueno, somos una pandilla de irresponsables, en esta ocasión lo digo por Trump y su comportamiento más reciente. Y es que, el actual presidente de EEUU, el hombre que representa los poderes más influyentes del mundo, ha venido a París para celebrar con sus colegas europeos el 100 aniversario del final de la Primera Guerra Mundial. No obstante, y aún habiendo estado en alguno de los actos protocolarios, deja constancia de que ha pasado de todo y de todos. Tenía agenda propia. Tan cierto que a la esperada y más importante cita, la del Foro por la Paz, un encuentro de debates que quería señalar la importancia del dialogo, los acuerdos… y, por contra, denunciar el peligro que entraña el nacionalismo y la falta de voluntad por buscar y lograr compromisos, Trump ni acudió. Se monto una visita a un cementerio donde habían enterrado soldados americanos.

Querido/a lector/ tenemos problemas porque el mismo día en que la Europa más ultra y nacionalista, la que pone en peligro la democracia, se manifestaba en Polonia, el presidente del mundo paso de sus colegas y no quiso destacar que la amistad, el dialogo, los acuerdos, el reconocimiento del otro…, son las vías para conquistar y mantener la paz. Parece ser que para este tipo, América es lo único o, en todo caso, lo primero. Tenemos problemas.

*Analista político