La legislatura está llegando a su fin, y si de algo me siento especialmente orgullosa durante estos casi cuatro años ha sido de representar a todos los castellonenses de la provincia con trabajo, esfuerzo y dedicación. Siempre he ejercido mi labor como diputada respetando a los que piensan distinto y haciendo de nuestra diversidad como provincia algo positivo, como una suma matemática que tiene como resultado una tierra extraordinaria.

Durante este mes, he sido testigo del enorme esfuerzo que ponen cientos de personas en las fallas de Benicarló y Burriana donde asistí a los actos junto con compañeros de Ciudadanos. Allí celebré mi cumpleaños, disfrutando de los monumentos y del trabajo de los artistas que consiguen dar forma a su imaginación y su humor con una perfección que cada año me sigue asombrando como si fuera el primero. Igual de impactante es ver después tanta belleza en llamas, un sentimiento contradictorio que forma parte de nuestra tradición.

Y, este fin de semana, hemos iniciado las fiestas de la Magdalena donde nos ha acompañado una vez más, Toni Cantó, pero en esta visita ya como candidato a la Generalitat, una muestra más de su compromiso y cercanía con Castellón. Un sábado que arrancó, como siempre, con las calles llenas de gente ilusionada y entregada por sus fiestas, y con amigos llenando desde primera hora los bares y puestos de comida en el tradicional almuerzo. El acto del Día de la Provincia en la Diputación de Castellón, la mascletà, la apertura de los mesones, todo ello consigue que Castellón se convierta en el epicentro de todas las miradas.

Las personas que forman las collas y las gaiatas ven los frutos de un año entero de trabajo y durante unos días se convierten en pequeñas familias hospitalarias, que consiguen que los de fuera se sientan como en casa. Todo el mundo disfruta de la vida en las calles, con música en directo, con ofertas gastronómicas al aire libre y el ambiente es casi indescriptible, hay que vivirlo en primera persona.

El domingo tampoco me perdí la tradicional Romería de les Canyes de La Magdalena, y es que los festejos son una semana de tradiciones para muchos, de fiesta y ocio para algunos, pero también de trabajo para otros. Los hoteleros y hosteleros, tienen sus habitaciones y terrazas llenas, y el bullicio se transforma en puestos de trabajo y en oportunidades empresariales por unos días. No me gustaría terminar estas líneas sin agradecer a aquellas personas que tanto hemos defendido desde Ciudadanos, que son nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, garantes de que los festejos transcurran sin incidentes. También a los servicios de emergencias que durante estos días cuidan de que los excesos de las fiestas no se conviertan en tragedia. Todos ellos merecen un reconocimiento, pues su labor nos permite unas fiestas únicas.

Aún nos quedan días de disfrutar La Magdalena, de exprimir hasta la última gota de la oferta variada que año tras año nos ofrecen, de escuchar y oler la pólvora de la mascletà, pero también de terminar el día con los fuegos artificiales. Hagamos que Castellón sea una festa plena.

*Portavoz de Ciudadanos en la Diputación de Castellón