Los atentados a nuestra libertad y democracia sufridos recientemente en nuestro país, han matado o herido a ciudadanos de cualquier nacionalidad, sexo, edad, raza, religión o ideología política, sin ninguna discriminación. Todos podíamos haber estado allí. Todos somos Barcelona. No llego a entender la sangre fría y la falta de humanidad de los responsables, cuyo objetivo era perpetrar un ataque más a nuestro modo de vida.

Pero conforme pasan los días, queda en evidencia que hay que trabajar en la prevención, en la protección, en mejorar la información. Recientemente pudimos observar como algunos hicieron de una manifestación unánime de todos los demócratas, la oportunidad de sacar las pancartas y las banderas de la causa de algunos en las calles. Una falta de respeto a las víctimas. Estoy indignada por lo sucedido y no tengo palabras para expresar lo que las familias sufren en los atentados, pero aún estoy más indignada y avergonzada de ver la arrogancia y la complicidad de algunos políticos por convertir parte de nuestro país en su propio feudo. Un afán de protagonismo y de desviar la atención de los verdaderos problemas de los catalanes bajo el populismo de la independencia. La independencia no tiene lugar, y menos en una manifestación por las víctimas y la democracia.

En estos días lo que está en juego es la libertad de vivir, pensar o trabajar como a cada cual le plazca, siempre que se respete a los demás y las leyes que rigen un Estado de derecho. Los atentados nos demuestran la necesidad de estar conectados y luchar juntos por la libertad y la democracia. Desde Ciudadanos, pedimos explicaciones al ministro del Interior y al consejero Forn en el Parlament, para que aclaren por qué las instituciones no son una para luchar contra el terrorismo.

*Diputada nacional Ciudadanos por la provincia de Castellón