En este pequeño país mediterráneo ya contamos, por fin, con dos rectoras, Mavi Mestre, de la Universitat de València y Eva Alcón, de la Universitat Jaume I de Castelló. Son las primeras mujeres que llegan al rectorado en las dos universidades públicas. «Por primera vez en la historia», ha sido el titular común de la prensa, marcando una excepcionalidad que debería ser la normalidad, pero aún queda mucho por conquistar para ser más iguales y paritarios.

Por otro lado, querida amiga, frente a las buenas noticias, decirte que seguimos hartas, indignadas y sin bajar la guardia ante el mezquino recorrido que está teniendo el caso de la repugnante Manada y sus aliados ultras, neonazis y otros grupos machistas que están promoviendo el linchamiento de la joven víctima. Blogs y páginas webs miserables que están difundiendo su imagen y datos incitando al odio y la violencia. En el juicio, ya se percibió, por desgracia, más protección de la intimidad a los acusados que a la víctima, a todas las víctimas en su conjunto.

En este sentido, el editorial de de ayer de Mediterráneo denunciaba esta atrocidad: «El caso ha estallado como asunto mediático y simbólico en defensa de la dignidad femenina. Ahora, el campo de batalla es cruel y mezquino y participan en él los propios culpables, sin ningún tipo de prevención moral, y hordas informáticas que acentúan en la impunidad de la red las actitudes más vejatorias, denigrantes y machistas».

El pasado lunes, la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas del País Valencià presentaron en València una denuncia a la Fiscalía General del Estado por la filtración en internet de los datos personales de la víctima, apoyadas por decenas de colectivos feministas de la autonomía y otros territorios, por sindicatos y por los partidos PSPV, EUPV, Compromís y Podem.

EXIGIMOS QUE se depuren responsabilidades con quienes lo han publicado y difundido, incluidos los medios de comunicación que hayan traspasado esa línea roja. El derecho a la intimidad no puede estar tan desprotegido. No pueden quedar impunes. Lo que afecta a una mujer, afecta a todas las mujeres y no es soportable el odio, violencia y vejaciones que recorren la redes. La toxicidad y el machismo ambiental perjudica seriamente la salud de las mujeres y de la sociedad.

*Periodista