Querido lector, hace pocos días y mientras tomaba un café en una conocida terraza de Castellón, se me acerca un camarero y me dice que un señor quería hablar conmigo. Sin dudarlo me acerqué y desde el respeto me dice que era lector de mis artículos pero, quería, me pedía, que hablara de la situación de los trabajadores autónomos. Y es que, antes de la crisis, el era autónomo y le iba bien, pero a partir de ahí, el negocio se le fue a pique. Hoy, y siempre según sus palabras, me dice que en lo que afecta a la situación de los autónomos hay mucha propaganda política pero pocas soluciones viables.

Después de escucharle le comento que no tenía problemas en dejar que mi pequeño espacio fuera servicio público, tribuna de algún lector ¡Claro que sí! Pero, el problema, era que el contenido me pertenecía y correspondería a mi forma de ver y entender el asunto. En cualquier caso, me comprometí a hablar de los autónomos.

Así es que, autónomo, es la persona que trabaja por su cuenta y es su propio jefe. Es un colectivo clave para la economía porque España es país de pequeñas empresas y autónomos. Crean mucho empleo y, ahora y por desgracia, sin tener culpa están pagando la crisis. Pues son miles los que dejan de ser autónomos y, a la vez, otros tantos trabajadores por cuenta ajena que han perdido el empleo se hacen autónomos como solución de emergencia. Es evidente que su situación reclama soluciones urgentes. Pero, ojo, son soluciones que uno tiene la impresión que no van a venir del PP, de una derecha egoísta que su modelo económico responde a los intereses del capital financiero y no a las necesidades de este colectivo. Por otra parte, los de Podemos tocan el tema desde una declaración general que no concreta. Al final, solo el programa de Pedro Sánchez, del PSOE, posiblemente porque tiene que ver con equipos con experiencia de gobierno y mucho contacto con el sector, parece que lo que propone responde a la urgente necesidad del colectivo de los autónomos. Estoy hablando de ajustar y reducir al nivel de las ganancias las cuotas de la Seguridad Social y de los impuestos del rendimiento, de fomentar desde instancias públicas (ICO, por ejemplo), líneas de crédito a bajo interés y años de carencia, de ofrecer segundas oportunidades con los mismos incentivos que a la primera, de posibilitar formas de trabajo autónomo que coexistan con el de cuenta ajena, etc.

Querido lector, en conclusión, y como casi todo en la vida, al final la solución puede existir siempre que la gente acierte en el voto y elija bien a quien debe gobernar. En conclusión, repito, el futuro está en tus manos. H

*Experto en extranjería