CARTA AL DIRECTOR

Soy diplomado en Educación Social y trabajo en residencias de gente mayor. Antes de la pandemia mis funciones eran celebrar fiestas, hacer talleres de memoria, actividades de psicomotricidad o musicoterapia, entre otras dinámicas. Pero vino la pandemia y ahí mis roles cambiaron: tuvimos que confinar. Iba por las habitaciones acompañando, haciendo videollamadas, ayudando a dar de comer. Fueron jornadas largas porque los trabajadores empezaron a enfermar y luego caí yo.

Ahora vuelvo a implementar las actividades. Hemos creado pequeñas unidades de convivencia, tenemos material (epis y mascarillas). Escribo esta carta por mi indignación al coger el bus. Tanto esfuerzo para luego ir en el transporte público a rebosar de gente. Indignante.

Rubén Aparicio