Desde cuándo a un golpe de estado se le llama «glorioso alzamiento nacional»? Pues desde que Franco lo quiso así y su entorno lo magnificó, con el respaldo de la Iglesia católica española. Las cosas por su nombre y a mí que no me vengan con milongas, que yo fui tentada por la Falange, la Acción Católica y por el Opus Dei, sin gran éxito, claro. Pero hete aquí que un día en que me dio por pensar por mi misma, llegué a la conclusión de que aquello que me vendían era una pura falacia.

Según la historia, que no hay más que una, en octubre de 1936, el jefe del Estado de la República de España era Manuel Azaña y Largo Caballero presidente. Francisco Franco era un militar golpista y no jefe del Estado como ahora lo menciona en su auto de paralización de la exhumación del «Caudillo» el Tribunal Supremo, que dice en su defensa que es una descripción sujeta a la denominación de la época y que no refrenda el cargo en absoluto. Ahora, los magistrados del Supremo consideran que trasladar la momia del dictador sería un daño irreparable si, más adelante, deciden que debe anularse la orden del Gobierno. El recurso de la familia del dictador ha surtido efecto. Al menos de momento. Los magistrados del Supremo han decidido que se detenga el proceso de exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos hasta que haya una decisión firme. Los trabajos para sacar la momia de Franco de la basílica estaban previstos para el próximo 10 de junio y trasladarlos a un cementerio de El Pardo (Madrid).

La Moncloa ha anunciado que se «pospondrá la ejecución de la exhumación hasta que en los próximos meses se dicte sentencia sobre el fondo del asunto». Esperemos que esto acabe pronto y se cierre un capítulo más de la historia negra española.

*Secretaría Área de Políticas Sociales y LGTBI PSPV-PSOE Castellón