Intermunicipalidad y concertación son dos conceptos básicos del nuevo modelo de Diputación que queremos poner en marcha. La Diputación no es una administración supramunicipal, sino que desde la plena asunción de lo que es y significa ser administración local se abre a la gestión de la municipalidad para que esta desarrolle sus máximas capacidades y competencias. Esta función intermunicipal alcanza su máxima expresión en el apoyo a los pequeños municipios, tradicionalmente faltos de personal y de recursos técnicos y económicos. Pues bien, esa ayuda y ese apoyo se sostienen en unos principios y unas bases radicalmente nuevos.

No nos vale una Diputación que descanse en la pura y simple concesión de fondos. La Diputación no es un padre o una madre dadivosa y benevolente que sabe lo que conviene a sus hijos y reparte los recursos que considera que estos necesitan. Tampoco puede admitir que en el reparto haya algunos hijos o hijas privilegiados o favoritos situados en una mejor posición. ¡No, en absoluto! Ese modelo decimonónico, fundado en un paternalismo clientelar y tutelador, ya no nos vale.

La ilustración y la modernidad han de llegar a las diputaciones. ¡¡¡Ya es hora!!!. El gran Kant, en un bello opúsculo, respondía a la pregunta «¿Qué es la Ilustración?» con unas palabras que forman parte de la historia intelectual: «La Ilustración es la época en la que el ser humano deja de ser menor de edad (…). Y ser mayor de edad es tener el valor de servirse del propio entendimiento sin la dirección de otro».

Pues bien, ya es hora de que los municipios sean mayores de edad y piensen por sí mismos, es decir, de que sean ellos mismos los que establezcan cuáles son sus necesidades, preferencias y prioridades. De esta forma, el principio kantiano de la autonomía de la razón nos llevará de la mano a un recto entendimiento del principio político, tantas veces citado pero poco practicado, de la autonomía municipal.

LA CONCERTACIÓN es el mecanismo para posibilitar esa autonomía, esa mayoría de edad municipal. Mediante la concertación se instrumentaliza y se gestiona la intermunicipalidad, es decir, la relación de coordinación y colaboración que debe haber entre los ayuntamientos y la administración provincial.

Mediante este modelo de gestión, además de dar forma y presencia a la autonomía municipal, se potencia el trabajo en red y se posibilita a los gobiernos municipales el cumplimiento de unos programas que mejoren el bienestar y la calidad de vida de su ciudadanía. A partir de unos ejes de concertación se pueden establecer programas de concertación que giren alrededor de aspectos esenciales en los municipios como son: programas de infraestructuras, obras y suministros, programas de prestación de servicios o programas de asistencias técnicas.

EN TODO CASO, un cambio de modelo tan importante ni se hace de la noche a la mañana, ni se realiza sin contar con el personal de la casa. Por eso, a partir de la creación de una comisión mixta en la que junto a los responsables políticos tengan un importante protagonismo los técnicos de la institución, analizaremos y estudiaremos distintos modelos ya existentes para elaborar uno que sea el que mejor pueda responder a nuestras necesidades y más se acople a las características y singularidades de nuestra provincia.

Una concertación que necesitará también de la participación de todas las fuerzas políticas con representación en la Diputación. Toda obra política, si tiene vocación de perdurar en el tiempo e incidir positivamente en la mejora de la vida de la ciudadanía, se ha de hacer desde el acuerdo, el consenso y el diálogo. A lo largo del 2020, llevaremos adelante toda esta ingente tarea. Una tarea que no será fácil, que requerirá entrega, esfuerzo, vocación e inteligencia, pero que va a incidir muy positivamente en la mejora de la calidad de vida en nuestros pueblos y ciudades. Así que ya lo saben, ¡póngame una de… concertación!. Seguro que nos sentará bien.

*Presidente de la Diputación