Hermanos: en las ciudades ya hace años que las palomas nos molestan porque lo ensucian todo y, dicen, que son un nido de infecciones (nunca mejor dicho). Por eso en algunos sitios las cazan para soltarlas luego en medio de la sierra. Pero, como estos bichos son sucios, mientras estén en las ciudades y no se estén haciendo fotos con los niños mientras les dan de comer, mejor alejarlos de monumentos y zonas de paso de la gente con obstáculos que les impidan posarse a descansar. Esto no es una crítica. Al contrario, me parece bien. Solo es para situar el tema de hoy: cuando lo que molestan y ensucian son los sintecho .

Como las palomas son gente que están ahí, en el centro de las ciudades, pidiendo unas monedas para poder comer y con todas sus pertenencias encima o en un carro de la compra. Los solemos ver pero, molestos, hacemos como si no estuvieran.

Pues el urbanismo hostil es el que se aplica contra estos ciudadanos venidos a menos y que no pueden o no quieren integrarse en el sistema. Es un urbanismo que pone unos estéticos obstáculos debajo de los puentes para que nadie pueda cobijarse bajo en noches de lluvia. O el que pone en los parques bancos lo suficientemente cómodos para sentarse un rato, pero insufriblemente incómodos para poder dormir a la intemperie. Es una manera de ir echándolos hacia las afueras ya que no podemos cazarlos y soltarlos en la sierra.

Sin embargo, en Vancouver (Canadá), que hace un frío que pela, son más solidarios que nosotros y han creado bancos que por la noche pueden tener un techo. De repente los sintecho dejan de serlo por unas pocas horas. ¿Tú que harías en tu ciudad? H

*Urbanista