Para mi economía doméstica, un pastón como dicen mis hijas. Para las grandes fortunas, una minucia... Bueno, supongo. Y para un Club como el Nou Bàsquet Femení Castelló, un quebradero de cabeza.

Por suerte o por desgracia, que a veces son grandes compañeras, esas cosas pasan cuando tienes un coche de gama alta y poco dinero para gasolina. Y lo mismo cuando tienes un equipo que gana campeonatos y un club con la dimensión económica del Nou Bàsquet Femení Castelló.

Pero es que las dichosas niñas se empeñan en ganar campeonatos y clasificarse para fases de ascenso que cuestan eso, un pastón. Será que en sus casas no les han debido explicar lo suficiente que en esta España del siglo XXI no es lo mismo ser campeonas que campeones, como tampoco es lo mismo jugar a fútbol que a sóftbol.

Y NO SE VAYAN a soliviantar los que me van a acusar de feminista --que lo soy-- cuando me paseo todos los fines de semana por esas canchas del país para ver cómo reducen la iluminación después de los partidos de los campeones, cuando jugamos en canchas pequeñas para reducir costes, cuando dan bebidas isotónicas en las finales de torneos masculinos, pero no en las femeninas, o te cambian al pabellón peor después de un sorteo de pistas porque los campeones no deben jugar en la malas. Que sí, que sí, que eso lo he vivido yo y no nací en la Edad Media. Que ni los éxitos se festejan igual.

Pero a lo que vamos, si organizas una fase final en casa, tienes que pagar los arbitrajes, los alquileres de pistas, las atenciones a los equipos rivales, la retransmisión por streaming y la concentración de tus jugadoras (sí, ya sé que eso es como si encima, te das el pegote de ponerle gasolina 98 al coche de gama alta). Ah, y todo eso sin gastar nada en publicidad, ni en promoción, ni en rueda de prensa de presentación (para qué, si la prensa tampoco viene). Total, un mínimo de 4.000 euros. Para que me entendáis, es gastarte casi el 4% del presupuesto del club en un fin de semana. Sí, ese presupuesto con el que tienes que costear la competición de otros 15 equipos que también compiten y ganan, y merecen un buen trato y mejor atención.

Y si optas por no organizarla, prepárate para costear un autobús a cualquier punto de Madrid, Extremadura, Aragón o Castilla la Mancha, y el alojamiento de las 12 jugadoras y tres técnicos durante tres días a pensión completa (¡qué menos!) Es decir, aproximadamente otros 4.000 euros.

Y PENSARÉIS, ¿todo este rollo por 4.000 euros? No es por dar pena, no. Pero triste sí que es. Porque fuera ironías, mis chicas merecen todo esto. Merecen jugar esta fase porque la han ganado en las canchas. Merecen estar concentradas, porque son unas profesionales. Merecen tener las oportunidades de los campeones. Merecen tener su momento de gloria. Merecen sentirse orgullosas y ser el referente de las jugadoras más pequeñas que se miran en su espejo.

Pero sobre todo merecen tener esa seguridad de que el trabajo bien hecho tiene su recompensa y que si consigues la victoria, disfrutas el premio.

En mayo del 2018, la temporada pasada, una llamada de la Federación Valenciana de Baloncesto nos indicaba que si renunciaba algún equipo al ascenso, la plaza nos correspondía. Quisieron los astros que no hubiera ninguna renuncia. Porque de haberla habido, no hubiera sido para el Nou Bàsquet por falta de financiación. Y no porque no nos rompiéramos los nudillos contra puertas cerradas y sordas. Ni os imagináis la cantidad de equipos femeninos que renuncian a sus logros deportivos por falta de dinero (que sí, que seguro que masculinos también).

AGRADEZCO a Mediterráneo esta refrescante y vitaminada naranjada. La voy a compartir con mi (incansable) junta directiva. Nos dará fuerzas, porque desde hoy vamos a salir a la calle para encontrar esas puertas al viento de la igualdad, las que nos escuchan, las que nos valoran como deportistas, las que nos ayuden a sufragar nuestra fase de ascenso. Vamos a salir a la calle a encontrar la financiación que permita a la ciudad de Castelló tener un equipo de baloncesto femenino en alta competición. Porque Castelló, al igual que Alhaurín de la Torre, Pontevedra, Mataró, Villagarcía de Arousa, Sant Feliu, Cerdanyola, Granada, Avilés, Almería, Galdakano, València o Sant Cristobal de la Laguna, apoya y disfruta del deporte femenino.

Y estoy segura de que también vamos a encontrar en los medios de comunicación y en las redes sociales un canal para hacernos visibles, para contar nuestra gran historia, para mostrar nuestro ejemplo y hacer a esas empresas que se involucran (también) con el deporte femenino el reconocimiento que merecen. Este es nuestro sueño, el de las campeonas.

*Presidenta del Nou Bàsquet Femení