D esde que el Gobierno de España decretó el estado de alarma en nuestro país, que se alargará como mínimo hasta el 11 de abril, y siguiendo los consejos de las autoridades sanitarias, hemos tenido que renunciar a muchas cosas cotidianas y a las que pocas veces dábamos el valor que realmente tienen. Un paseo por el pueblo, ir con los más pequeños al parque, tomar el sol sentado en un banco compartiendo un rato de tertulia, leer un libro en el paraje del estany o en las playas, una cena y una copa en buena compañía, la cervecita en el bar, los planes con los amigos, o algo tan básico como abrazar o besar a las personas que queremos y apreciamos.

La vida, una vez más, nos ofrece una nueva oportunidad de aprendizaje para que valoremos las cosas que de verdad importan y necesitamos y que, mayoritariamente, no valen dinero. Hoy, todo lo demás es secundario. Aprovechemos estos días y semanas para reflexionar, cumpliendo con las restricciones marcadas para que podamos volver pronto a disfrutar de la libertad, viviendo con intensidad cada instante y valorando todas las cosas que tenemos.

Algunas personas dicen que este tipo de crisis sacan lo peor de cada una de las personas. Pero también sacan lo mejor. El valor de la solidaridad en esta emergencia sanitaria es otra lección que nos dejará el covid-19. Mucha gente está trabajando y ofreciendo su ayuda a los demás para combatir este problema común desde todos los frentes posibles y donde el compromiso individual es clave para poder ganar esta batalla, que se va a ganar.

Responsabilicémonos, cumplamos estrictamente las instrucciones gubernamentales y consejos y todo saldrá bien.

*Alcalde de Nules