Se cumplen 23 años del secuestro y asesinato del concejal del Partido Popular en Ermua Miguel Ángel Blanco por ETA. Un suceso que a todos, aunque fuésemos pequeños, nos conmovió y marcó de por vida. Un grupo de terroristas habían decidido acabar con la vida de una persona por sus ideas y como chantaje al Estado para lograr imponer su proyecto político por las armas porque por las urnas eran incapaces de hacerlo. Durante toda su existencia la banda terrorista asesinó, torturó, secuestró, chantajeó… a muchísima más gente y destrozó, para siempre, a miles de familias en todo el país. Pero aquel asesinato fue especial, diferente y marcó un punto de inflexión. La sociedad española y vasca en su conjunto dijo «Basta» y surgió un movimiento de rechazo hacia el grupo terrorista sin precedentes hasta ese momento.

Aquel acto vil y cobarde no puede quedar en el olvido. No podemos borrar de nuestra historia este episodio trágico, y mucho menos blanquearla como pretenden algunos que hoy siguen sin condenar el terrorismo y cuentan con representación en las instituciones. Es triste que una gran parte de la juventud de hoy no conozca quién era Miguel Ángel Blanco ni lo que le hizo este grupo terrorista. Los demócratas hemos de preservar la dignidad de las víctimas y sus familias, y no tolerar los actos continuados de impiedad, crueldad y enaltecimiento del terrorismo. Existe en nuestra sociedad un riesgo evidente de legitimación continua de ETA y por tanto se hace más necesario que nunca reivindicar la memoria y los valores del Espíritu de Ermua.

*Alcalde de Nules