En el París de 1925, dos elegantes estafadores firmaron lo que podría ser el guión de una película de Martin Scorsese. En medio de una Europa llena de contrastes, Daniel Collins y Victor Lusting, dos ladrones de poca monta, consiguieron vender dos veces la Torre Eiffel y nunca ser detenidos. Para ello, los dos usaron las apariencias y la psicología: citaron a grandes hombres de negocios en un hotel deslumbrante y con la habilidad suficiente lograron el dinero y huir del país. La escena no tiene desperdicio y, casi lo peor, es que los estafados no denunciaron por vergüenza.

El refranero español es muy rico a la hora de poner blanco sobre negro: las apariencias engañan; ser un lobo con piel de cordero o quien quiere engañar, miente.

En la llamada nueva política la imagen parece ser un gigante de pies de barro y, más que apostar por el contenido parece que solo interesa el continente. Sin embargo, la batalla de las ideas es lo que realmente importa y, lo fundamental, es no volver atrás. La coherencia, a veces, puede ser una mochila que pesa demasiado. Pero el PP es el único partido que piensa de la misma manera en todos los sitios de España: la libertad por encima de todo, centrarnos en crear más oportunidades y empleo, fomentar la igualdad, despertar el talento ajeno y gestionar un país hacia el crecimiento, bajar impuestos. Esa es la diferencia, los dos modelos: el de arruinar un país o el de generar empleo con políticas liberales, reduciendo la administración y apostando por los emprendedores.

Por el fracaso de todos, sobre todo de los que no han dejado de boicotear los grandes acuerdos, nos vemos obligados a emprender una nueva campaña electoral. Los ciudadanos no se han equivocado en su elección democrática, los equivocados son aquellos que han priorizado su interés personal al interés colectivo. Y eso es estar muy alejado del servicio público. Nuestro compromiso como partido que ganó las elecciones en diciembre en la provincia es muy claro: adelgazar al mínimo la campaña electoral, reducir más de la mitad el gasto y destinarlo a causas sociales, renunciar a publicidad...

Al final, solo votar al PP es garantía de que Podemos no gobierne España y arruinen no solo nuestra economía, sino nuestra democracia, nuestras libertades y garantías judiciales o la libertad de prensa como la conocemos. Solo hay que ver ejemplos como los de Grecia, donde las pensiones se han recortado un 40% o países en los que apenas hay alimentos o libertades. Es momento de la reflexión. De que nadie, ni con una chistera, ni una sonrisa, ni con un grandes titulares nos pueda engañar. H

*Presidente de la Diputación de Castellón