Estoy bastante cansado ya de escuchar hablar y darse golpes en el pecho a muchos que ni creen en lo que dicen, ni practican lo que exigen.

La última campaña electoral llenó de eslóganes nuestros discos duros, acuñó términos y puso en circulación conceptos que ya practicábamos, pero que otros, más hábiles con el manejo del lenguaje y su significación, pusieron en la palestra.

Se hablaba de transparencia, de participación. Términos que se repitieron hasta la saciedad y que, con el paso del tiempo, hemos visto que en el caso de muchos de los «nuevos políticos» eran solo la suma de unas letras con buena proyección.

¿Dónde ha quedado la transparencia que exigían algunos cuando no dan explicaciones más allá de las que les convienen?

Transparencia la que practicamos quienes atónitos vimos que otros enarbolaban banderas en su nombre. En Peñíscola, contamos con el Portal de Transparencia, que cumple con todas las exigencias establecidas en el ámbito internacional, auditado y certificado. Palabrerías las justas, hechos. Y el hecho es que nos comprometemos y hacemos. Como lo hemos hecho también con la participación, pero la participación efectiva, no la que llena argumentarios e hincha discursos de quienes no la practican. En ese sentido, esta semana he tenido el orgullo de inaugurar una infraestructura deportiva que solicitaron los más jóvenes en el turno de ruegos al equipo de gobierno, en un pleno juvenil simulado que organizamos desde el Ayuntamiento con los alumnos del instituto. Ya es una realidad. Escuchar, gestionar, actuar atendiendo y respondiendo a la demanda ciudadana. De eso se trata, no de hablar más fuerte o más bonito que el otro, si a la primera de cambio uno se olvida sobre lo que acaba de hablar.

Enhorabuena al equipo de gobierno y, sobre todo, a la Concejalía de Participación Ciudadana, por saber entender lo importante.

*Alcalde de Peñíscola