Querido/a lector/a, si alguna vez has leído alguno de mis comentarios, habrás visto que en estos últimos tiempos he comentado las peripecias, podría decir antidemocráticas, que en torno a las elecciones de la junta directiva del Colegio de Médicos de Castellón aparecen día a día en los medios y que, según mi criterio, están provocando vergüenza ajena. Digo peripecias antidemocráticas porque aunque el Colegio de Médicos de Castellón, los médicos y la medicina son realidades muy dignas que merecen todo el respeto, lo que les están haciendo los de siempre ---los que mangonean el Colegio-- a los que quieren renovar y hacer de las elecciones un ejercicio democrático de transparencia y participación, es decir, al doctor Breva y a la candidatura Nueva Alternativa Colegial, es cuanto menos una peripecia que suena antidemocrática. Y es que negar a la candidatura del doctor Breva el censo electoral es negar y manipular la esencia misma de lo que son unas elecciones democráticas. Es negarle a una candidatura legalmente proclamada que se pueda dirigir a los médicos para darles a conocer sus propuestas. Es negarles a los médicos el derecho que tienen de votar desde la libertad y el conocimiento. Es lo que siempre ha existido cuando no hay auténtica conciencia democrática.

Pero si he dicho que estas peripecias provocan vergüenza ajena es porque por ser poco serio y ético, lo que está pasando me recuerda a aquel Jaume I que les gritaba «!vergonya cavallers, vergonya!» a la parte de su tropa que incumplía con sus obligaciones. Grito que hoy podrían dirigir los de la Nueva Alternativa Colegial a quienes intentan viciar las elecciones del Colegio con triquiñuelas impropias de un proceso democrático.

Espero que los médicos lo vean, lo consideren y voten en conciencia y en beneficio de una gestión del Colegio de Médicos democrática, transparente y participativa.

*Analista político