Una marcha por los derechos civiles, nacionales y sociales, al estilo de las del histórico líder negro Martin Luther King en Estados Unidos, fue la principal propuesta del presidente de la Generalitat catalana, Quim Torra, en su esperada conferencia en la que debía fijar la nueva hoja de ruta del independentismo. La marcha, sin concretar, debería consistir en «acciones continuadas», dijo, desde hoy mismo hasta la publicación de las sentencias tras el juicio de los políticos catalanes presos, que fijó para finales de año. Torra remarcó que únicamente aceptará una sentencia que no sea otra que su puesta en libertad.

La única medida de gobierno que anunció fue la presentación en el Parlament de las 14 leyes sociales suspendidas por el Tribunal Constitucional, una Cámara que, recordemos, está clausurada para la actividad legislativa al menos hasta octubre por la falta de acuerdo entre los partidos independentistas sobre la sustitución de los diputados procesados, y particularmente de Carles Puigdemont.

En la conferencia, hubo, eso sí, mucha retórica, grandes palabras sobre la libertad, la democracia y los derechos humanos, pero pocas novedades. La principal reivindicación sigue siendo la celebración de un referéndum de autodeterminación acordado con el Gobierno de Pedro Sánchez, vinculante y reconocido internacionalmente.

Pese a las llamadas al consenso y al 80% de los catalanes que, según Torra, apoyan el referéndum, aunque no sean partidarios del independentismo, lo cierto es que el president sigue hablando únicamente a una parte de Cataluña.