Podría dejarme llevar por la rabia a la hora de opinar, podría mostrar mi indignación, estaría en mi derecho de hacerlo, porque hay dolores que duelen demasiado, incluso cuando te tocan de lejos. Pero no lo haré, dedicaré estas líneas a expresar mi sentir después de un período de reflexión profundo y sosegado.

Tampoco me voy a dejar llevar por el postureo de quienes practican la más cruda de las hipocresías mediáticas, la de los que se fotografían con asesinos terroristas, porque a su modo de ver hay causas legítimas para matar a otros seres humanos. No pienso ponerme políticamente correcto como los que se abrazan con los verdugos, mientras ignoran la memoria de las víctimas.

Ese extraño dogmatismo de la izquierda radical quiere presentarnos al resto como poco menos que cavernícolas. Para exhibirse en su esquizofrénica superioridad nos acusan de que con la prisión permanente revisable buscamos venganza, que así no se solucionan los problemas. Claro, los problemas se solucionan dejando libre a un violador, que no tarda en reincidir y violar a otra mujer. Lástima por ella, pero así nos sentiremos más libres y democráticos.

Prisión permanente revisable. Dice la RAE, que está muy puesta en eso del significado de las palabras, que revisable quiere decir que se puede revisar, someter algo a nuevo examen para corregirlo, enmendarlo o repararlo.

Los crímenes más atroces merecen castigos a la altura del daño cometido. No queremos cárceles llenas de presos de por vida, pero tampoco queremos en la calle delincuentes que no tienen intención de reinsertarse. No queremos cerca de nuestros hijos a hombres o mujeres que tienen la sangre fría de campar a sus anchas tras haber acabado con la vida de seres inocentes.

La obligación de los gobernantes es garantizar la seguridad de los ciudadanos. La prisión permanente revisable es una herramienta válida para intentarlo. No sé las razones ocultas que mueven a los de empatizar con los verdugos, ni a los socialistas y su enfermiza indeterminación, nunca saben de dónde vendrá el viento que moverá su veleta, desde luego no es la dignidad de las víctimas presentes y futuras.

*Concejal y presidente del PP Nules