Vila-real avanza, y lo hace gracias al trabajo de una ciudad que ni se rinde, ni se ha rendido jamás ante las dificultades. Mi capacidad de sorpresa es cada vez mayor cuando descubro cada día personas, empresas, asociaciones, que trabajan duro para tirar adelante un proyecto que contribuye a la mejora de la ciudad.

Innovación, deporte, congresos, proyectos educativos o premios internacionales a nuestras empresas, como el que esta semana entregó la Fundación Conexus a Porcelanosa en el Casino de Madrid delante de los máximos representantes de la economía valenciana en un acto en el que tuve el honor de acompañar a su presidente, nuestro Hijo Predilecto Héctor Colonques, y a su familia.

Los vila-realenses han visto cómo hemos actuado en cada barrio mejorando nuestro espacio de convivencia, tratando a todos por igual; cómo hemos mejorado los servicios públicos para garantizar la igualdad de oportunidades; cómo hemos puesto en marcha iniciativas económicas y formativas, dentro del estrecho margen que deja la ley del PP: Vilabeca, Becaesport, convenios con universidades, fundaciones y otras entidades sin ánimo de lucro.

Hace unas semanas, el Ministerio de Economía del PP tenía que elegir a dos alcaldes para un jurado de cinco personas que decidirá qué poblaciones pasan el examen para entrar o seguir en este exigente club de la marca de calidad de ciudades de la Ciencia y la Innovación. El BOE publicaba que yo era, junto al alcalde de Málaga, el elegido de toda España como reconocimiento al trabajo de nuestra ciudad. El mérito no es mío; lo es de todos y todas los que hacéis grande Vila-real y no puedo más que sentirme muy honrado de representaros.

Esa es la ciudad que avanza, la que reconocen los demás, incluso el Gobierno de Rajoy. Esta es la Vila-real de verdad.

Sin embargo, otros se dedican a crear la imagen falsa de otro Vila-real. Como la decepción de Ciudadanos, desesperados por su desorientación, cambios de rumbo, líos internos, colaboracionismo asombroso con el peor Partido Popular, que trabajan junto al PP de Vila-real, sin más proyecto que la destrucción y la defensa de su nefasta y ruinosa gestión.

Su imagen de Vila-real es fruto de la desesperación ante su incapacidad de ofrecer un proyecto de ciudad alternativo. Ante su frustración, optan por la destrucción y la demagogia, pues les duele que Vila-real avance pese a que ellos en nada contribuyen.

Como ejemplo, la campaña de mentiras de ambos, PP-Ciudadanos, respecto a los gastos y los impuestos en Vila-real. Nada es como gritan. Dicen que nuestro modelo es inviable, pero esconden que nuestras dificultades económicas lo son fruto de las ilegalidades, despilfarros y mala gestión del PP. Todavía estoy esperando que digan dónde hay que recortar... Esperando me quedaré, pues nada tienen que ofrecer.

Nuestro modelo es viable, aunque lastrado por la herencia del PP. Y lo es especialmente porque es un modelo de alianza con la sociedad que trabaja y trabajará para que Vila-real avance y que ese avance genere oportunidades para todos y todas por igual.

*Alcalde de Vila-real