En Vila-real todo parece afectado por la misma enfermedad: la parálisis en la gestión municipal. Miras donde miras ves síntomas claros de esa parálisis. Tan solo un paseo por Vila-real es suficiente para reconocer la estampa de una ciudad que a los ojos de todos está más sucia y abandonada que nunca. Una ciudad con un Ayuntamiento incapaz de podar los árboles en todo un año. Un equipo de gobierno que abandona los caminos rurales y de los masets. Una ciudad que falla en la limpieza y que pasa de limpiar y mejorar el alcantarillado. Y todo por una mala gestión de los recursos municipales tanto económicos como humanos.

Esta semana encontramos dos buenos ejemplos. El Ayuntamiento ha repartido más de un millón de euros de remanentes del año anterior y ¿saben cuál ha sido su prioridad? Invertir en más despachos. A los cerca de cuatro millones de euros que costará el Gran Casino para trasladar allí el despacho del alcalde, ahora invierten cerca de 400.000 euros en más despachos.

Es necesario mejorar el contrato de limpieza. Es imprescindible un nuevo contrato de recogida de basuras. Hay que impulsar un plan de mejora del mantenimiento de Vila-real. Necesitamos inversión en colectores para evitar inundaciones, etc. Pero nada, Vila-real está más sucio y abandonado que nunca y cuando tienen la posibilidad de invertir dinero, priorizan más despachos.

Lo mismo pasa en la gestión de los recursos humanos, como es el caso del paro agrario. Un subsidio pensado para dar cobertura a los vecinos del sector que se encuentran parados al finalizar la campaña y que además mejoran el mantenimiento de cada ciudad. Vila-real está abandonada y los vecinos parados, que desde el mes de julio deberían de estar trabajando en el mantenimiento del pueblo con el paro agrario, se incorporan dos meses tarde por la parálisis que atenaza al Ayuntamiento. ¡Todo un despropósito!

*Portavoz del PP en Vila-real