Esta pasada semana, la Policía Local de Almassora detuvo a dos hombres por maltratar presuntamente a mujeres de su familia. Un arrestado es la pareja de la víctima quien comentó a los agentes que le estaba humillando, pegando y amenazando de muerte, hecho que continuaba haciendo incluso en presencia de los propios agentes. El otro detenido era el padrastro de una joven. Al llegar los agentes la encontraron llorando en el suelo con su bebé en brazos y relatando a los policías que desde hace tiempo recibe malos tratos de su padrastro, quien la ha amenazado en repetidas ocasiones con un cuchillo llegando a golpear al bebé durante las discusiones.

Lo cierto es que los maltratadores pueden ser hombres o mujeres, aunque suelen ser más común en el sexo masculino. Entre las características que mejor les definen se encuentra la baja autoestima pretendiendo con la humillación que practican disminuir la autoestima del otro. Celosos, egocéntricos, amenazantes y controladores, evolucionan muchas veces hacia una personalidad psicopática intentando aislar a su víctima. En las personas que padecen el maltrato se da siempre un cuadro de dependencia emocional como resultado de un proceso prolongado de subordinación y maltrato.

Una violencia que se repite en el tiempo continuadamente, puede permanecer como una secuela una vez finalizada la relación, influyendo en la víctima en sus siguientes relaciones de pareja, pues el estado psicológico causado por la cronicidad de la violencia sufrida, implica cambios en su personalidad que las hace más vulnerables a sufrir nuevas victimizaciones. Tanto es así, que existen estudios que comparan las reacciones de las mujeres maltratadas con las de prisioneros de guerra. H

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)