El coronavirus se está recrudeciendo en nuestras tierras, al extremo que el Consell va a dictar normas más restrictivas, para intentar frenar su expansión que casi parece que se ha ido de madre. Al citar esta frase hecha, caigo en la cuenta que su significado, para muchos, es el desmadre abandonando las buenas costumbres que la autora de nuestros días nos inculcó. Pues no es así. Salirse de madre, hace referencia a los ríos cuando se desbordan y el agua supera el cauce, es decir la madre de la vía fluvial. En otras palabras, salirse de madre indica la inundación que provoca la corriente, con los inconvenientes que ello supone.

Pues bien. Una de las causas del crecimiento de esta pandemia ha sido la irresponsabilidad de algunas personas que se han dedicado al «¡Viva la Pepa!» en forma de juergas descontroladas, que han favorecido, no poco, la expansión de los contagios. Viva la Pepa es una frase hecha cuajada cuando se aprobó la primera constitución liberal española en Cádiz, en plena Guerra de la Independencia. La carta magna de los derechos de los ciudadanos se juró y aprobó en día de San José de 1812, de ahí que se la conociera, popularmente, como «La Pepa». Para los absolutistas, enemigos acérrimos de los ciudadanos progresistas, el grito de «¡Viva la Pepa!» venía a significar algo así como «¡Viva la juerga!», «¡Viva el desenfreno!»… en atención a las muchas libertades que concedía a la población el texto legislativo. Los partidarios de una monarquía absoluta, abominaban de estas reformas que suponían un freno a las prerrogativas del rey y que juzgaban como subversivas. La frase hecha, era, por tanto, un alegato a la libertad, y acabó significando una expresión del «haz lo que quieras». H

*Cronista oficial de Castelló