Llevamos solo una semana en la fase 1 y si alguna palabra ha definido estos días es volver. Las redes sociales se han inundado de imágenes de reencuentros con amigos, familiares o compañeros de trabajo. En todas ellas predomina un denominador común: la sonrisa y la alegría de volvernos a ver en una terraza, en una casa, caminando por la playa o simplemente dando una vuelta por la ciudad o por nuestro pueblo.

Particularmente, me ha pasado una cosa muy curiosa y es que pese a estar dos meses encerrada y echando mucho de menos a mi gente, a la hora de la verdad he tenido la sensación de que no había pasado el tiempo. De que somos los mismos de siempre, pero con un vínculo mucho mayor entre nosotros.

No sé si saldremos o no más fuertes, si seremos mejores o peores, si habremos aprendido o no alguna lección de todo esto, pero de lo que sí tengo la sensación es que las relaciones nunca serán las mismas. La cercanía de besos y abrazos se sustituirán, al menos temporalmente, por más capacidad de escucha, más empatía y sobre todo por vivir intensamente y, a la vez, con la calma de saborear los pequeños detalles y momentos que antes nos pasaban desapercibidos. Es decir, hacer bueno el dicho de ‘uno no sabe lo que tiene, hasta que lo pierde’.

PERO SI HAY algo que me hace particularmente feliz estos primeros días de desescalada es que Benicàssim vuelva poco a poco a ser la ciudad viva, acogedora y alegre que siempre fue por estas fechas. Como concejala de Turismo, mi objetivo es hacer de este reto una oportunidad para abrir nuevos modelos y que dentro de la necesaria responsabilidad y prudencia vecinos y turistas hagan una vida lo más normal posible.

Porque la guerra contra el virus no está ganada ni mucho menos, quien lo piense se equivoca. Estamos en una carrera de obstáculos que requiere de paciencia, tesón, motivación y ganas. Nuestros hosteleros, hoteleros, tiendas de barrio, agricultores, trabajadores, autónomos, empresarios, sanitarios, farmacéuticos, personal de limpieza o pescadores nos necesitan más que nunca. Nos necesitamos.

HEMOS DE SALIR a la calle sin miedo, haciendo de este pensamiento negativo un aliado que nos lleve a ser prudentes y no nos haga olvidarnos de todo lo que hemos sufrido para llegar hasta aquí. En concreto, más de 25.000 vidas que bien valen nuestro respeto y nuestra memoria.

Por eso, desde aquí animo a todos mis vecinos y a todos los castellonenses a vivir. Entre todos sacaremos esta situación adelante. Benicàssim es una localidad eminentemente turística y vamos a intentar que esta temporada que empieza con retraso y muchas dificultades sea lo más parecida posible a las anteriores.

ME GUSTARÍA que el ambiente que vivimos durante este fin de semana con las terrazas llenas y respetándose siempre las distancias de seguridad, gracias a la ampliación aprobada por el Consistorio, se repitiera durante todo el verano.

Poco a poco, además, podremos ir recibiendo a nuestros turistas y vecinos de otras comunidades que vienen a pasar el verano a nuestra localidad o al resto de la provincia. Para que con prudencia y responsabilidad, volvamos a disfrutar.

*Portavoz de Ciudadanos en la Diputación Provincial de Castellón y teniente alcaldesa en el Ayuntamiento de Benicàssim