Desde hace varios años y varios procesos electorales, los ciudadanos españoles votaron un cambio y dejaron un mensaje muy, muy claro: no quiere mayorías absolutas. Pero esta sociedad de hoy en día quiere gobiernos de consenso, diálogo y acuerdos, y mirando por el interés general y no el de los partidos políticos, pero como se ha podido observar no ha sido así. Parece que ha prevalecido más el interés del partido y el personal por encima de todo.

Si bien a nivel local, provincial o autonómico hemos observado en todo el territorio español que se han formado gobiernos de todo tipo de ideologías y colores llegando a consensos y pactos, parece, que a nivel nacional, nuestros políticos no han pillado el mensaje y nos han vuelto a meter de nuevo en otras elecciones generales. Y otros más de 160 millones de euros de gasto para un nuevo proceso electoral.

Volver a empezar. Ese es el título de una bonita canción de Pablo Alborán y también el de una película dramática dirigida por el director de cine español José Luis Garci que lograra un merecido Oscar.

En la actualidad, este título lo enmarcamos en la situación actual de nuestro país a nivel político, ya que los partidos no han conseguido llegar a un acuerdo y tendremos que ir a unas nuevas elecciones. Y ya van cuatro en menos de cuatro años. Lo nunca visto en nuestra democracia.

Estos días oiremos muchas voces indicando quienes son los culpables de volver a ir a unos nuevos comicios ante el espanto de la ciudadanía. Aquí no es hora de buscar culpables: lo que realmente sabemos es quienes son los grandes perjudicados: España y los españoles y las españolas.

Hay que buscar soluciones y no culpabilidades. Y si los diputados actuales, que ya han tenido, la mayoría de ellos, varias ocasiones para llegar a formar Gobierno y no lo han conseguido por no llegar a acuerdos, ¿por qué no cambiamos los cromos con nuevas listas, nuevas caras?

Los diputados que no pueden llegar a acuerdos deberían dejar paso a otros para ver si estos, con ideas renovadas, pueden hacerlo. En los tiempos que vivimos está de moda las palabras transparencia y regeneración, pero a la hora de la verdad, en todos los partidos están las mismas caras.

Lo que más cerca tenemos, lo que tocamos y vemos en nuestra provincia de Castellón, son proyectos que en un principio estaban previstos y que, de momento, no sabemos qué pasará con ellos. Proyectos como el del Barranco del Sol, donde la Confederación Hidrográfica del Júcar no tiene ni un proyecto viable ni seguro para poder afrontar. También pendiente por parte de la Confederación el dar solución al Barranco de Almazora, donde los vecinos del grupo Perpetuo Socorro y Santa Teresa padecen desde hace años. Tampoco el tema de nuestros trenes de cercanías, donde los usuarios que cada día realizan en tren el trayecto entre Valencia y Castellón o viceversa, tendrán que seguir pasando una auténtica odisea llegando a invertir casi dos horas de su tiempo en dicho trayecto.

O el proyecto de la MAT (línea de muy alta tensión). ¿Volverá el ministerio a cambiar el trazado? Los vecinos de Benadresa seguirán estando en vilo con el tema.

Como ven, estos y otros proyectos que dependen del presupuesto a nivel nacional y que, de momento tendremos que esperar, una vez más, para ver qué ocurre.

¿Y AHORA QUÉ? Esta es una de las preguntas que nos hacemos la mayoría de ciudadanos y ciudadanas, y de la cual nadie sabe contestar. En la situación en la cual nos encontramos todo hace indicar que, tras unas nuevas elecciones, los resultados pueden ser muy parecidos a los de los últimos procesos electorales. Estamos de nuevo ante el día de la marmota.

En la próxima campaña ¿qué nos pueden ofrecer y proponer los candidatos que no hayamos visto ya? ¿Los programas con los que se presentaron en las anteriores elecciones no seguirán siendo los mismos? ¿Qué ha cambiado en estos meses? Como diría la letra de Alejandro Fernández en su canción: «Y volver, volver, volver».

*Presidente de Coasveca