Nunca España vivió un periodo de bloqueo como el actual, ni en la Segunda República hubo que votar tres veces en un año. Tampoco en la Primera República, si bien es cierto que entonces hubo hasta cinco presidentes en dos años, e incluso Castellón se declaró estado independiente. Esta es la ocasión en la que, con mayoría simple, más distancia hay, en votos y en escaños, entre el primer y el segundo partido, en concreto 2.500.000 votos y 52 escaños separan al Partido Popular del PSOE.

El 26 de marzo del 2009 los 13 diputados del PP votaron al candidato socialista a lendakari, Patxi Lopez, que junto a sus 25 escaños, lograron exactamente los 38 de la mayoría absoluta. Y se le dio soporte parlamentario hasta el final de la legislatura a cambio de nada, o mejor, a cambio de la estabilidad institucional que tanto precisan la economía y la protección social.

Nadie le pide ahora al PSOE semejante gesto de responsabilidad, 85 diputados socialistas votando sí a Rajoy, pero sería lógico que una docena se abstuviesen para salir de este bloque que empobrece a todos. La cuestión se agrava si tenemos en cuenta que en aquel momento el PSOE no ganó en ninguna de las tres provincias vascas y Rajoy lo ha hecho en 42. Solo resulta comprensible la cerrazón de Pedro Sánchez desde la óptica de quién jamás ha tenido responsabilidad de gobierno y desconoce el daño que ya ha hecho y está haciendo a la parte más necesitada de la sociedad. El coste de 160 millones de la tripitición es mucho más bajo que el que supone no poder actualizar las prestaciones y salarios públicos que perciben casi 18 millones de españoles, o los más de dos mil millones con los que la Comisión Europea nos sancionará, o el daño que ayuntamientos y gobiernos autonómicos harán a los proveedores por los retrasos en las transferencias del Estado. Y más difícil de calcular, pero más costoso, es el empleo que se está destruyendo por el freno inversor que supone la incertidumbre de no saber qué gobierno aprobará las próximas reformas laborales, fiscales o financieras, indispensables para calcular el coste de apertura de una nueva empresa o su ampliación.

Solo dos consuelos caben. En contra de toda la oposición Mariano Rajoy dejó aprobados los presupuestos que hoy afortunadamente nos rigen, y la inercia positiva de haber creado 1.700.000 en los últimos años tarda más en frenarse que la de cualquiera de nuestros vecinos que crecen la mitad que nosotros. Pero ninguno de esos consuelos puede servir de excusa al socialismo para mantener la actual parálisis institucional que tanta pobreza puede llegar a generar. H

*Diputado nacional Castellón