En noviembre del 2011 participé en una campaña electoral apoyando a Miguel Ángel Revilla para que fuese diputado en Madrid con el objetivo de que aquella tercera vía --centrista y constitucionalista-- que representábamos (y representamos) tuviese una voz en el Congreso que se escuchara fuerte. No pudo ser por poco.

Pero aquella experiencia me sirvió para admirar más aún al hoy presidente de Cantabria. Un hombre que defendía su tierra y a los suyos, próximo, que habla claro....

En 2019, su PRC volvió a concurrir a las elecciones por Cantabria y esta vez si obtuvo representación por medio de José María Mazón al que también tuve el gusto de conocer en aquella campaña electoral. He seguido desde abril sus intervenciones y posicionamientos, y me han parecido muy coherentes. Desde el primer momento trabajando para desbloquear la situación del país y facilitar que España tuviese un gobierno.

Y ahora, cuando Sánchez, el que decía que no sería presidente con el apoyo de los independentistas, llega a un acuerdo con ERC, partido que no esconde sus pretensiones y que pretende cargarse nuestro país tal y como lo conocemos.

Ante este hecho, absolutamente grave, sale Revilla y dice que su diputado votará no a la investidura de Sánchez porque «ningún AVE ni carretera a Cantabria justifica cargarse la unidad de España».

¿La respuesta del PSOE? Le amenazan con dejarle solo y sin apoyos en el Gobierno de Cantabria. Una oportunidad más de los socialistas para demostrar lo que les preocupa el país.

Mi admiración para Miguel Ángel y sus compañeros, por demostrar nuevamente coherencia y ser ejemplo ¡Qué gran presidente para España hemos dejado escapar!

*Alcalde de Nules