Septiembre es mes de rutinas y a las de costumbre se añadirá a partir de ahora la subvención para la compra de libros de texto, la segunda fase del programa Xarxa Llibres que ha descargado a las familias del inmenso gasto que supone cada nuevo curso escolar. El Ayuntamiento de Almassora regresa sin asignaturas pendientes, con fondos reservados para hacer frente a este desembolso y un equipo humano que atendió de forma sobresaliente las más de 1.100 solicitudes a principios de año.

La iniciativa de la Generalitat ayuda a garantizar ese derecho universal que es la educación y que algunos todavía miran con recelo, como si no pudiera equipararse a la sanidad o la vivienda en una sociedad que avanza. Miremos el espejo de la generación nini para no repetir los errores del pasado. Los problemas de inserción social y laboral, o a la inversa, deben atajarse con implicación de las administraciones y el acceso a los libros de texto es la muestra más evidente de ello.

Esta subvención municipal no constituye nuestro único esfuerzo en educación este año. La obra del colegio Regina Violant, los 60.000 euros invertidos este verano en el mantenimiento de centros educativos y la homologación de la antigua escuela taller en centro de formación para certificar las capacidades profesionales de los alumnos avalan nuestro convencimiento de que el gasto en educación es siempre una inversión. H

*Primera teniente de alcalde de Almassora