Ayer fue un día importante en casa, de esos que marcan en todas las familias. Ayer arrancó el curso en las escuelas infantiles y nuestra hija fue por primera vez a la guardería. Y no les negaré que, como cualquier madre, estos días he sentido vértigo y una tremenda responsabilidad. Elegir el centro educativo en el que nuestros hijos van a pasar una buena parte de su vida es una decisión que será determinante para su crecimiento y desarrollo como personas.

Dijo Nelson Mandela que «la educación es el arma más poderosa que podemos usar para cambiar el mundo» y no le faltaba razón. Solo a través de la educación podremos inculcar a nuestros hijos los valores que harán de ellos jóvenes y adultos responsables, justos y comprometidos.La educación es un instrumento imprescindible para lograr la igualdad social y para mejorar la sociedad. Por eso, cuando miles de niños y adolescentes de Castellón están a punto de iniciar la vuelta al cole me pregunto ¿cuándo se echó a perder la educación española? ¿Qué fue de aquellos profesores que eran respetados en el aula? ¿Quién les arrebató esa autoridad? ¿Por qué se desprecia el aprendizaje a través de la memoria? ¿Qué pasó con la cultura del esfuerzo? Yo quiero poder elegir el centro escolar al que vaya mi hija, y quiero que sea un lugar donde aprenda a ser mejor persona. Esa es la única aspiración que debe regir la hoja de ruta de nuestro sistema educativo. Porque educar no es adoctrinar y sus anhelos, señor Marzà, no son los nuestros. Queremos educar en valores, y no en memoria histórica. Desde la libertad, la tolerancia y el respeto y no el revanchismo, el adoctrinamiento y el pensamiento único. Queremos simplemente que nuestros hijos sean felices. Por eso es tan importante que la educación no se use como un instrumento al servicio de la política, porque para los padres lo único importante en septiembre es.. la vuelta al cole.

*Portavoz del Grupo Municipal Popular en Castellón