Hace unos pocos años, en la provincia de Castellón, se produjo una verdadera vorágine de proyectos de macrourbanizaciones con campos de golf. Desde entonces, ha habido todo tipo de suertes para estos proyectos. Unos están vivos (o por lo menos no muertos del todo), pero otros han demostrado que solo han sido una operación urbanística especulativa que les ha dejado el lío a los municipios que los tramitaron.

Dos ejemplos de libro sobre el «urbanismo especulativo» se dieron en el término municipal de Xilxes. Dos campos de golf que sirvieron para realizar múltiples operaciones con pingües beneficios para los participantes. Para casi todos menos para el Ayuntamiento, que ahora tiene tres millones de metros cuadrados abandonados, de propiedad mayoritaria de la SAREB, considerados como «productos muy tóxicos» y que pasarán muchos años para que se puedan desarrollar o volver a su cultivo agrícola otra vez.

El Ayuntamiento de entonces, gobernado por el PP, perdonó a los urbanizadores nada menos que 9’5 millones de euros en garantías. Esas garantías que en el caso de que el urbanizador no cumpla con sus obligaciones de urbanizar, como es el caso, se deberían ejecutar y entrar en las arcas municipales. Todo ello sin perjuicio de las multas por los retrasos en la ejecución que supondrían otras elevadas cantidades.

Las dos empresas urbanizadoras están en concurso voluntario de acreedores desde 2011. Es decir, van a desaparecer, si no lo han hecho ya. Por lo tanto, cualquier esperanza de cobrar algo ya ha desaparecido. Pero el negocio está hecho y el pelotazo más que consumado.

A modo de ejemplo, la empresa Haciendas del Mediterráneo, SL transmitió a un tercero la participación que tenía en uno de los urbanizadores, Costa Malvarrosa, SL por un importe de 6.702.550 euros, generándose una plusvalía antes de impuestos de 6.585.337 euros. Eso es lo que sabemos, imagínese cuánto será lo que no.

Menuda cara se les ha quedado a los actuales responsables cuando han sabido lo que pasó realmente entre 2003 y 2015 en Xilxes. Todo un mochongo urbanístico.

*Abogado. Urbanista.