Quedan poco más de tres semanas para que finalice el 2017. Una cuenta atrás y un buen momento para poder valorar el grado de cumplimiento de muchas de las promesas que Benlloch y su equipo de gobierno han lanzado en prensa y que no se han materializado. Ellos, que viven de titulares pero luego olvidan lo que han dicho, acaban este año con graves incumplimientos.

El año en que el alcalde con el aval de Compromís subieron el IBI a máximos históricos para una recaudación brutal, es el mismo año en el que los pufos y los impagos no han parado de crecer. Prueba de ello son las distintas ayudas que los vila-realenses deberían recibir.

La línea de ayudas a las Escuelas Infantiles es una de las subvenciones prometidas, anunciadas y no convocadas por PSOE y Compromís. Anunciaron 20.000 euros para ayudar las familias y escuelas infantiles, y de lo prometido, nada de nada. Eran tan necesarias estas ayudas que, ante los incumplimientos de PSOE y Compromís, los vecinos han unido sus fuerzas y han situado esta línea de ayudas como su principal exigencia en los presupuestos participativos del año que viene ante la falta de respuesta del alcalde.

También los regantes y agricultores de Vila-real saben bien lo que es leer en la prensa al alcalde anunciando ayudas y que después todo quede en nada. En esta ocasión, 100.000 euros en ayudas prometidas que tampoco llegarán.

Los estudiantes de Vila-real se han quedado sin las becas Erasmus anunciadas por el Ayuntamiento para facilitarles sus estudios en el extranjero. 10.000 euros que tampoco llegaron. Igual que las entidades sociales, que tampoco quedan al margen de estas promesas incumplidas.

Los pufos crecen, los vecinos no reciben sus ayudas y ellos deciden hablar de fantasmas, de sentencias de ciencia ficción. No hay dinero para las ayudas, pero sí para comprar palacios en la calle Mayor.

*Portavoz del PP en Vila-real