Querido/a lector/a, estos días estamos asistiendo a una confrontación entre países de la UE y la causa tiene que ver con las consecuencias del coronavirus, con cómo afrontar el gasto extraordinario sanitario y la recesión que puede generar.

Parece ser que Francia, Italia, España y otros países, al afectar las consecuencias del coronavirus a toda la UE y, además, al no haber responsabilidad particular y moral por ser un hecho que no depende de la gestión, piden que la UE posibilite recursos para hacer frente a la crisis y en las mismas condiciones para todos (mancomunar la deuda). En contraposición, Holanda y Alemania de momento dicen que no y advierten de que el que necesite dinero lo tendrá vía rescate, en condiciones leoninas y humillantes. Declararación que recuerda la abusiva solución que se dio en la crisis financiera y, al tiempo, cuestiona la utilidad y la necesidad de ese modelo de UE.

Por cierto, si Holanda y Alemania cuestionan en privado el carácter pedigüeño, en público justificaron su postura advirtiendo de que no existe un programa que permita mutualizar el dinero utilizado o la deuda, en el actual presupuesto. No obstante, se sabe pero no se dice, que una de las razones tiene que ver con el hecho de que existe y crece una extrema derecha que se opone a una UE solidaria. Circunstancia esta que por miedo a perder votos hace que gobiernos de países ricos como Alemania y Holanda, renuncien a su obligación, olviden que fueron los que sacaron tajada de la construcción europea y que el impacto del euro los benefició en billones mientras Italia y España los perdieron. Y es que la extrema derecha no sólo vino para quedarse, también vino para influir e imponer su modelo. Ya se nota.

*Analista político