El terrorismo siempre es despreciable, pero cuando los que empuñan las armas además de asesinos, son fanáticos, el problema se complica de forma infinita, porque estamos ante “personas” que no escuchan, que no ven más allá de sus creencias, que no razonan... Decía Diderot que del fanatismo a la barbarie solo media un paso; ¡cuánta razón tenía y que miedo da pensar que el paso ya lo han dado!

Ante este sinsentido que supone la yihad la unidad, la contundencia, la cooperación, la fortaleza y la inteligencia serán claves para superar la amenaza terrorista. He de felicitar a los políticos franceses, de todos los partidos, por la grandeza y la dignidad que demostraron ante los atentados de París, todos juntos, sin fisuras contra el enemigo. ¿Y qué pasa en España? ¿Qué pasa en la Comunitat Valenciana? Que la izquierda, una vez más, no duda en utilizar la sangre de inocentes para sacar tajada política. El último Ribó, el alcalde de Valencia, diciendo: “de aquellos barros…”. Patético. Gente así, además de demostrar su poca altura de miras y su mediocridad, demuestran su incapacidad para gobernar esta tierra.

Mi condena más absoluta al terrorismo y mi condena más absoluta a la izquierda radical que destila odio y se ve legitimada para poner en el mismo saco a terroristas y a cualquiera de un signo político diferente al suyo. ¡Caray con los progres…! H

*Diputada autonómica PP