Solo horas después de que Irán lanzara decenas de misiles contra dos bases estadounidenses en Irak, un avión comercial ucraniano se estrelló tras el despegue del aeropuerto Imán Jomeini de Teherán. Un total de 176 personas murieron en el accidente del aparato de la compañía Ukranian International Airlines (UIA), un pasaje compuesto por ucranianos, canadienses, iranís, suecos, afganos, británicos y alemanes.

Las autoridades ucranianas pidieron cautela mientras se investiga la causa del siniestro, pero fue la embajada de Ucrania en Irán la que primero hizo alusión en un comunicado a un fallo en el motor. Con posterioridad, sin embargo, emitió un segundo en el que eludía mencionar motivo alguno a la espera del análisis de las dos cajas negras del aparato.

A la pregunta de si el avión pudo ser abatido por un misil, el primer ministro de Ucrania, Oleksiy Honcharuck, contestó en Kiev apelando a no especular hasta tener datos de la investigación. Por lo pronto, la autoridad iraní de aviación civil dejó claro que no entregará a EEUU las cajas negras. «No se las daremos al fabricante y todavía no está claro a qué país serán enviadas para su lectura», dijo el jefe de la aviación civil iraní, Alí Abedzadeh.

El avión, un Boeing 737-NG, tan solo tenía tres años de vida y se estrelló por problemas técnicos ocurridos justo tras el despegue, siempre según la versión de la autoridad aérea iraní.