Un viaje en tren por Europa constituye toda una experiencia. Las horas en el ferrocarril, durante los trayectos entre ciudad y ciudad o país y país, pueden aprovecharse para leer, meditar, estudiar o simplemente para descansar del incesante ajetreo de la vida diaria. El tren es un medio de transporte que ya no goza de la importancia de antaño, pero que aún así continúa manteniendo un cierto toque de sofisticación y nostalgia.

Por ello, la web GoEuro, una plataforma dedicada a la planificación y reservas de viajes en tren, autobús y avión, ha elaborado una lista con las cinco estaciones europeas de tren más bellas y con más historia.

Estación Central de Ámsterdam

Diseñada por Pierre Cuypers, fue construida entre 1881 y 1889. Concretamente, la estación está edificada sobre tres islas artificiales levantadas sobre una cama de 9.000 pilones de madera. El elemento que más caracteriza a la Estación Central de Ámsterdam es su puerta de acceso, que en un principio fue ideada como entrada monumental de la ciudad. La fachada, además, está adornada con los escudos de Berlín, París y San Petersburgo, pues en sus inicios la ciudad estaba conectada con ellas a través del tren.

Estación Lieja Guillemins, Bélgica

La Estación de Lieja Guillemins ha ido pasando con el transcurso de los años por diferentes remodelaciones y diseños. Inaugurada en 1842, fue modernizada en los años 1882 y 1905. Posteriormente, en 1958, el edificio de la estación fue reemplazado por uno más moderno hasta que en 2009 se abrió la nueva y vanguardista estación, diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava y destinada a albergar las flamantes líneas de alta velocidad.

Estación Central de Trenes de Amberes

El imponente edificio de la Estación Central de Amberes se construyó entre 1985 y 1905 gracias, sobre todo, al interés del rey de Bélgica Leopoldo II por impulsar el desarrollo de la misma. Así, la estación está organizada en dos zonas: una sala que acoge a los pasajeros que esperan su tren, diseñada por Luis Delacenserie y que destaca por su inmensa cúpula; y la zona de las vías, cubiertas por una llamativa estructura con rasgos barrocos y neorrenacentistas diseñada por Clement van Bogaert.

Estación Internacional de St. Pancras (Londres)

La Estación de St. Pancras se encuentra situada en el distrito de Camden, al norte de Londres. La fachada de esta estación posee una arquitectura gótica de ladrillo rojo, mientras que su interior se estructura a partir de hierro y piedra. Además, en el lugar se han desarrollado importantes sucesos históricos como, por ejemplo, la entrada y salida de las tropas británicas durante las dos guerras mundiales. Por otro lado, la estación es un icono de la cultura pop gracias a una de las escenas de las películas de Harry Potter, en las que se reconoce el reloj de la estación.

Gare du Nord (París)

Gare Du Nord, una de las estaciones más transitadas del mundo, fue diseñada por el arquitecto Jacques Hittorff y se inauguró en 1846. En un principio era de un tamaño muy reducido y solo daba servicio a trenes procedentes y hacia Amiens y Lille. Años después, entre 1861 y 1865, se amplió hasta ser como es hoy en día, caracterizándose el edificio por sus bloques de piedra y su decoración donde destacan 23 estatuas que representan las diferentes ciudades hasta las que llegan los trenes que salen de sus vías.