Casi el 70% de los españoles considera que debería legalizarse la gestación subrogada, técnica conocida popularmente como vientres de alquiler. Este dato se desprende de una encuesta elaborada por el Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) de la Generalitat de Cataluña.

Pese al apoyo mayoritario a la legalización, más de la mitad de los encuestados (54,6%) rechazaría recurrir a la gestación subrogada en caso de no tener hijos. Del 69% de los partidarios, el 45,4% está de acuerdo si las personas no pueden tener hijos y el resto (27,4%) la defiende en cualquier caso. Los resultados coinciden en el tiempo con la entrada en vigor el 1 de agosto de la ley que permite en Portugal el acceso a los vientres de alquiler para mujeres infértiles.

Cada año nacen en el extranjero --la mayoría en EEUU, México y Ucrania-- entre 100 y 120 bebés de parejas españolas, ya que esta modalidad está prohibida en España. A final de enero, sin embargo, Cataluña se convirtió en la primera comunidad autónoma en autorizar permisos maternales y paternales a los funcionarios de la Generalitat catalana que han recurrido a esta técnica.

Pedro Fuentes, presidente de la Asociación Son Nuestros Hijos, reclama que España imite a Portugal porque «esta técnica cada vez tiene más defensores», matiza. Explica que, cuando en el 2005 se legalizó en España el matrimonio homosexual, contaba con un 66% de respaldo y, por el contrario, «la gestación subrogada no se regula pese a que, según las encuestas, tiene el beneplácito de casi un 70%».

DEBATE ENCONADO // El debate sobre la gestación subrogada sigue provocando enconadas discusiones. Asociaciones y progenitores de gestación por sustitución reclaman una solución definitiva al asunto. Los colectivos feministas ponen reparos a esta técnica y dio origen al nacimiento, el pasado abril, de la red estatal contra el alquiler de vientres, que agrupa a un total de 52 asociaciones, la mayoría feministas, que están en contra de lo que consideran una explotación porque «las mujeres no son ganado».

Pedro Fuentes, presidente de la Asociación Son Nuestros Hijos, considera que la opinión pública está cada vez más a favor de los vientres de alquiler. «La realidad es que la gente va por delante de los partidos», afirma. Fuentes atribuye la falta de cobertura legal a las creencias religiosas de cierta derecha que se opone a cualquier técnica de reproducción asistida y al rechazo de parte de la izquierda y de sectores feministas. En el fondo del debate, señala el presidente de la entidad, «está el miedo de algunos partidos a perder votos».

En el lado contrario están los colectivos feministas. Ana Mata, vicepresidenta del Movimiento Democrático de Mujeres, una de las 52 entidades que aglutina la red antialquiler de vientres, critica este método: «Es la utilización que hacen las personas con elevado poder adquisitivo que se creen que con dinero pueden comprar a la madre y al bebé».