Al menos siete de cada 10 menores tutelados en Europa han sido testigos o han sufrido directamente algún episodio de violencia física, sexual o psicológica, según un estudio llevado a cabo en centros de Alemania, Austria, Bulgaria, Escocia, Italia y España. El estudio Alternative Future, coordinado por la Fundació Surt, alerta de que urgen medidas para extender una cultura del cuidado en los Centros Residenciales de Acción Educativa (CRAE) y prevenir relaciones de género abusivas y otras expresiones de violencia.

La investigación, en la que han participado un centenar de profesionales de los CRAE, ha analizado una veintena de centros de protección de menores tutelados, tres de España, donde han diseñado acciones para mejorar la atención a los menores, como, por ejemplo, conseguir que los internos se sientan más seguros y prevenir que reproduzcan relaciones violentas vividas.

GENERAR CULTURA DE CUIDADO // Las experiencias de violencia que los chicos y chicas relatan son violencia machista, violencia racista, violencia entre iguales (bullying), violencia institucional o violencia por motivo de identidad o expresión de género u orientación sexual.

La coordinadora del proyecto, Alba Elvira, explicó ayer que los participantes en el estudio han señalado la necesidad «de generar una cultura del cuidado en el centro, es decir, ofrecer un espacio en el que los jóvenes puedan contar con el apoyo de adultos y de otros compañeros y que puedan compartir sus experiencias y mostrar sus emociones».

«Se trataría de que los centros desnormalizasen conductas violentas, provean a los chicos de un espacio de protección y les faciliten mecanismos para gestionar las emociones», aclaró Elvira.

No sentirse forzados a exponerse de forma constante al grupo y al equipo de profesionales, sino tener momentos para descansar, estar solos, relajarse, distraerse; sentirse en casa, sentir que se preocupan por ellos y que pueden contar con ayuda de los profesionales son otras necesidades expresadas, así como la necesidad de garantizar que los jóvenes puedan opinar y formar parte de las decisiones que les afectan.