La crisis sanitaria que ha estallado en Francia por un brote de salmonela que ha infectado a decenas de bebés por ingerir supuestamente la leche maternal Lactalis salpica a 83 países, donde la multinacional retirará lotes procedentes de la fábrica francesa investigada. El responsable de uno de los mayores grupos lácteos del mundo, Emmanuel Besnier, salió de su habitual discreción y decidió dar su primera entrevista en casi dos décadas de dirigente al Le Journal du Dimanche (JDD) para explicar su versión de este escándalo que también ha forzado la intervención del Gobierno.

«Hay 83 países afectados, que están bajo el mismo procedimiento de retirada de productos (que en Francia). Tenemos un gabinete de crisis tanto para el extranjero como para Francia», dijo Besnier. Sin embargo, el responsable del conglomerado familiar Lactalis, considerado el ejecutivo más enigmático de Francia, no detalló de qué países se trata.

UN AFECTADO EN ESPAÑA // En Francia, la crisis alimentaria de la empresa láctea afectó a 35 menores de seis meses, que contrajeron salmonelosis durante el pasado diciembre, aunque todos ellos evolucionaron favorablemente. La leche maternal en polvo de esta marca, una de las más consumidas en el mundo, ha podido afectar a otros dos bebés fuera de Francia, uno en España, cuya causa probable de su gastroenteritis fue la ingestión del producto de la firma francesa, y otro en Grecia, que aún falta confirmar.

«De acuerdo con el Ministerio de Sanidad francés, 35 bebés enfermaron (por salmonela). No hay casos nuevos desde el 8 de diciembre. Y el anunciado en España el viernes pasado se remonta a octubre», defendió Besnier, quien adelantó que se indemnizará a todas las familias afectadas.

El presidente de la recién creada Asociación de Familias Víctimas de la Leche Contaminada, Quentin Guillemain, declaró que tienen «preguntas muy precisas» para el líder de Lactalis, al que acusó de opacidad y de mentir. «Si piensa que con dinero va a comprar nuestro silencio, se equivoca», dijo, quien demandó más explicaciones del fallo en cadena que provocó la crisis.

El escándalo de la leche contaminada ha llevado al Gobierno francés a intervenir, tanto contra Lactalis como contra las cadenas de distribución, que siguieron dispensando el producto a pesar de las prohibiciones. «Hay denuncias contra nosotros y colaboraremos con todo lo que nos pida la Justicia», asumió Besnier.