La nueva cumbre mundial del clima, la número 23, se ha iniciado este lunes en Bonn con un llamamiento enérgico a actuar con urgencia contra el calentamiento global. "Nuestra demanda colectiva para el mundo es que mantenga el rumbo establecido en el Acuerdo de París del 2015", ha dicho el primer ministro de Fiyi y presidente de la conferencia, Frank Bainimarama, durante la ceremonia de apertura.

"Si no estamos a la altura del reto, fracasaremos. Todos estamos en el mismo barco", ha insistido. "Ya no podemos darnos el lujo de esperar, debemos actuar ahora", ha añadido la diplomática mexicana Patricia Espinosa, la secretaria ejecutiva de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático (UNFCCC).

Con la constatación científica de que el problema dista mucho de estar resuelto -en los últimos años se han batido récords de temperatura y concentración de CO2 en la atmósfera, además de registrarse fenómenos adversos de una intensidad desconocida, como el reciente ciclón Irma en el Atlántico-, los representantes de 190 países se reúnen hasta el próximo día 17 para tratar de poner en marcha del acuerdo alcanzado en la capital francesa. "Los últimos tres años años han sido los más cálidos y forman parte de la tendencia de calentamiento a largo plazo para el planeta", ha dicho el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas.

Por primera vez, una conferencia de la ONU sobre cambio climático -técnicamente COP- está presidida por Fiyi, un representante de las islas, los territorios más amenazados por el aumento del nivel del mar. "¿No veis lo que está pasando? Si los momentos devastación que hemos visto en el Caribe no proporcionan pruebas suficientemente claras de la realidad de las pérdidas, entonces no sé qué lo logrará", ha dicho en relación a los recientes huracanes el maldivo Thoriq Ibrahim, presidente de la Alianza de Pequeñas Islas (AOSIS), que agrupa a cerca de 40 estados insulares (o con problemas similares) del Pacífico, el Índico y el Caribe.

Espinosa, de la ONU, ha agregado que Bonn debe ser "la plataforma de salida de un nuevo nivel de ambición" ya que las promesas de recorte de emisiones anunciadas hasta ahora, incluso si se implementan completamente, "no son suficientes" para limitar a dos grados el aumento de la temperatura con respecto a los niveles preindustriales. La ministra alemana de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, ha alertado también sobre el "punto de no retorno" al que se acerca la humanidad si no se presta atención a los límites fijados en París.

La COP23 será una reunión muy técnica en la que se negociará esencialmente sobre cómo se deben presentar los planes de reducción de emisiones de cada país para que sean transparentes y comparables, y de qué modo se deberán revisar al alza los objetivos. También debe hacerse un seguimiento de la asistencia financiera prometida por el países ricos.

20.000 participantes

En Bonn se esperan alrededor de 20.000 participantes entre delegados nacionales, representantes de oenegés ecologistas y de desarrollo, representantes locales y regionales, empresas, periodistas y diversos lobis de presión. Entre los dirigentes confirmados se cuentan el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, entre otros.

En la cumbre no falta ni siquiera Estados Unidos, pese a que su presidente ha anunciado la retirada del país del Acuerdo de París (aunque no podrá hacerse efectivo hasta el 2020). El negociador fiyiano Nazhat Shameem Khan es tranquilizador: "Hemos continuado trabajando con EEUU este año, y lo que estamos viendo es su voluntad de participar de manera constructiva. Tenemos muy buenas expectativas de su participación en la COP23".