El actual rector de Constantí, Xavier Morell, estuvo apartado por el Arzobispado de Tarragona durante dos años por presuntos abusos y pornografía infantil, según ha informado Catalunya Ràdio.

El Arzobispado habría reconocido en la radio que puso en marcha una investigación interna tras la denuncia de una víctima y que a pesar de que el Vaticano consideró que no había delito civil, lo apartó de sus cargos , incluido el de delegado diocesano de catequesis, durante un periodo. El rector tomó posesión como nuevo rector de la parroquia de Constantí en septiembre, compaginando esta tarea con la de la parroquia de la Canonja.

DE LOS 60 A LOS 80

Todo ello sale a la luz después de que El PERIÓDICO haya hecho público que el antiguo rector de Constantí Pere Llagostera abusó de niños durante décadas. Según asegura la víctima que ha denunciado, Joan Maria Ramon, el cura abusó de "una decena de menores" desde finales de los 60 hasta finales de los 80.

Precisamente este lunes, Morell, que lleva desde septiembre como párroco en la parroquia de Consantí, respondía a EL PERIÓDICO sobre las denuncias por pederastia del antiguo rector Pere Llagostera. "Yo no puedo decir nada, llevo aquí unos meses y estoy totalmente fuera de juego. Nunca había escuchado hablar de esto", explicó. "No me consta los abusos y, durante estos meses, no he escuchado ningún comentario.

DOS INVESTIGADOS

Tras salir a la luz este nuevo escándalo de pederastia en la Iglesia, el Arzobispado de Tarragona envió informaciones al Vaticano sobre dos curas para que investigara presuntos casos de pederastia, según ha publicado Tarragona Digital. Los religiosos, que todavía estarían en activo, habrían sido denunciados por supuestos abusos. Entonces, en los dos casos, el Arzobispado activó el protocolo establecido, en el que se atiende la supuesta víctima y con un abogado se determina si hay delito civil o no.

También se elabora un informe que se envía al Vaticano, que es quien acaba dictaminando como se resuelve la cuestión. Según el arzobispado, los dos procesos quedaron archivados por la Santa Sede.