Murió como quería, durmiendo, sin enterarse de nada». Así informaba la familia de José María Íñigo (Bilbao, 1942) a través de un tuit cómo se apagaba la vida ayer por la mañana del histórico periodista a los 75 años.

Para todos los que han crecido con la televisión en blanco y negro, su muerte es algo más que la desaparición de la imponente voz que ha puesto profesionalidad y sapiencia musical en las retransmisiones del Festival de Eurovisión de la última década. Esta es, para muchas generaciones de telespectadores, la pérdida de uno de los comunicadores más innovadores y mediáticos de la historia de la televisión.

Periodista, presentador de radio y televisión, escritor, crítico musical... José María Íñigo falleció por culpa de un cáncer que le habían diagnosticado hace dos años y que llevó con la discreción que le caracterizaba. Una noticia que ha sorprendido por lo inesperado y que dio a primera hora de ayer Pepa Fernández, directora y presentadora de No es un día cualquiera, magacín de los fines de semana de Radio Nacional de España en el que Íñigo colaboraba desde septiembre del 2000. Pepa ha dicho que estaba «mallito» desde hacía un tiempo, pero que no esperaban este trágico final.

MITO DE LA PEQUEÑA PANTALLA // Para los más jóvenes, Íñigo es la voz de Eurovisión, pero para los que ya peinan canas es el periodista de frondoso bigote que hacía programas con entrevistas a personajes de actualidad y con momentos tan impactantes y multitudinarios como el histórico momento en el que Uri Geller doblaba cucharillas con el poder de su mente, un bombazo televisivo que en 1975 congregó ante las pantallas de TVE a unos 34 millones de españoles.

Hijo de un obrero metalúrgico, cursó estudios de bachillerato y con 15 años comenzó a trabajar en Radio Bilbao y, más tarde, en La Gaceta del Norte y en la sección de Reportajes de la Agencia EFE. Durante tres años trabajó en la BBC de Londres y en radios del Reino Unido. Cuando regresó a España se dedicó a escribir en revistas sobre temas musicales y realizó trabajos como dj.

Del modelo inglés se trajo la moda de las listas de éxitos musicales, puesto en práctica en 1966 en Los 40 principales de Radio Madrid (SER), donde trabajó como comentarista musical. También en esta emisora participó en El musiquero y El Gran Musical.

Tras colaborar en los programas musicales Último grito y Ritmo 70 (en el que sufrió las iras de la por entonces joven realizadora Pilar Miró y con los años directora general de RTVE), de 1969 hasta 1975 presentó y dirigió en la segunda cadena de TVE, la por entonces UHF, Estudio abierto, que luego reapareció desde 1982 a 1985. Con este programa le llegó la gran popularidad y el reconocimiento con el TP de Oro al mejor presentador en 1974 y 1983.

Presentó distintos programas en horas de máxima audiencia televisiva como Directísimo (desde 1975). También estuvo al frente de Esta noche, fiesta, con el que ganó el TP de Oro 76, y desde 1978 Fantástico, por el que sumó dos nuevos TP de Oro (1978 y 1979).

VOZ DE EUROVISIÓN // Íñigo llevaba siete años consecutivos poniendo voz a la final de Eurovisión en TVE, desde que en 2011 sustituyó al también histórico José Luis Uribarri, fallecido en 2012. Este año no iba a hacerlo. Él mismo explicó en su cuenta de Twitter el pasado mes de marzo que había decidido no ir a Lisboa. Allí, el próximo sábado, su figura como hipnótico narrador ya comenzará a añorarse.