Cuando iba a cumplir casi los cien años (98) nos dejó Vicente Delcampo Aragón , un hombre afable, bueno y trabajador. Su padre era carpintero –de los de antes- y muy pronto aprendió el oficio, convertido luego en un taller artesanal y familiar. Desde muy pequeño su vida fue el trabajo, tanto en la villa como en la capital, siempre ligado al ramo de la madera hasta su jubilación. Sufrió, siendo un muchacho, los horrores de la guerra civil y de la posguerra. Sus recuerdos eran nítidos.

Pero Vicente Delcampo era un hombre lleno de inquietudes y, entre ellas, la música fue una pasión que nunca le abandonó. Fue miembro de la Banda de Música local (a la sazón había dos bandas, la de los Liberales y la de los Carlistas, dirigidas, respectivamente, por Cornelio Pallarés y Vicente Aragón ). Al terminar la guerra se fusionaron los componentes. Además, en 1944 nació El Plectro y Vicente cambió el clarinete por la bandurria y el laúd, bajo la dirección del médico José Gil Gil y el maestro Emiliano Pérez Lacasa , dos personalidades irrepetibles en el pueblo. Con esta rondalla, de una veintena de intérpretes, alegraron las noches de fiesta y lograron premios en la Fiesta de la Rosa de Castellón.

Ha sido un hombre sencillo marcado por el trabajo, la afición musical y la lectura, el amor a la familia y, sobre todo, la bonhomía que desprendía su trato. Un hombre de bien, cuyo cariño expresaron sus paisanos en las exequias fúnebres que se celebraron ayer. Descanse en paz, junto a su querida María , que le precedió en el camino de la Eternidad. H

Henri Bouché