Con la discreción que le caracterizó, Víctor Mora (Barcelona, 1931) se marchó en el sigilo de mediados de agosto tras dos largas décadas de dolencias que el escritor, traductor y guionista catalán supo aguantar con una entereza admirable (como un jabato, por utilizar una expresión que le era sin duda cercana). Mora deja una obra narrativa muy estimable pero no siempre bien conocida, porque la titánica figura de su creación más popular, el Capitán Trueno, proyectó, como no podía ser de otra manera, una sombra sobre todos los trabajos que acometió en su carrera.

Nacido en el año de la proclamación de la Segunda República, Víctor Mora Pujadas padeció un destino paralelo al de ese infortunado proyecto político al que siempre se sintió vinculado. Tras la guerra, la familia emprendió el exilio, pero su padre murió a los 42 años en un campo de concentración francés. Ello precipitó el regreso a España y forzó el precoz ingreso del joven Víctor en el mundo laboral, en el que desempeñó diversos oficios hasta que en 1948 aterrizó en la editorial Bruguera. Allí dio sus primeros pasos en el mundo de la historieta.

En Bruguera asumió los guiones de diversas series, como Doctor Niebla, Capitán Kerr (que él mismo dibujaba) o Al Dany, pero su gran hora llegó cuando, en 1956, la editorial le encargó que creara un nuevo personaje para intentar revalidar el éxito que había obtenido el folletín El cachorro, de Juan García Iranzo. Influido por las historias de El príncipe valiente, de Harold Foster, Mora alumbró un héroe medieval que recorre el mundo en busca de causas que le permitan poner su espada al servicio de la justicia y la libertad de los oprimidos: El Capitán Trueno. La historieta se convirtió en un fenómeno de dimensiones colosales (llegó a una tirada semanal de 350.000 ejemplares).

TRAYECTORIA // A rebufo del éxito del Trueno, Mora repitió la fórmula con El Jabato, El Cosaco Verde y El Corsario de Hierro, pero también se aventuró en otros mundos, como la serie de ciencia ficción Dani Futuro y desarrolló una carrera como novelista. En 1996 sufrió un derrame cerebral. Sus problemas de salud se agravaron cuando, poco después, tuvo que ser intervenido por un cáncer de vejiga. Mora se rehízo y llegó a soplar las velas del 60º aniversario de su inmortal héroe justiciero. H