El primer eclipse solar total que recorrerá Estados Unidos de costa a costa desde 1918 se producirá el próximo 21 de agosto, y ha suscitado gran interés y expectación científica y ciudadana. En todo el país se están organizando ya multitud de fiestas de observación y las autoridades están empezando ya a temer efectos indeseados, como atascos de tráfico a medida que se oscurezca el cielo de Oregón a Carolina del Sur.

Durante el momento del eclipse, la Luna pasará entre el Sol y la Tierra, bloqueando la cara del Sol y dejando solo su atmósfera exterior, o corona, visible en el cielo. Si la meteorología lo permite, la gente podrá ver como la sombra del satélite, de 113 kilómetros, atraviesa 14 estados desde las 17.15 horas GMT alrededor de Lincoln Beach (Oregón) hasta las 18.49 horas GMT en McClellanville (Carolina del Sur).

Con más de 200 millones de estadounidenses dentro de la ruta, los parques nacionales y las autoridades de carreteras se preparan para una oleada de desplazamientos en busca de los mejores puntos de observación.

EN BUSCA DE LA MEJOR VISTA // «Estén preparados», ha alertado Martin Knopp, de la Administración Federal de Carreteras, advirtiendo a los conductores que no dificulten el tráfico. «No es el momento de detenerse y quedarse al lado de la carretera», comenta. Grupos de viajes y muchos científicos se dirigirán hacia el desierto del noroeste de Oregón buscando condiciones climáticas favorables para su observación, según el sitio web eclipsophile.com.

Por su parte, la Nasa ha informado de que planea volar globos y aviones de investigación de gran altura para la física solar y otros experimentos. Cerca de una docena de satélites estadounidenses de ciencia observarán el Sol y la Tierra. La agencia espacial estadounidense también transmitirá el eclipse en vivo desde ubicaciones a lo largo del camino.