El Mar Menor comienza a tener otra nueva amenaza de supervivencia por la alarmante bajada de salinidad a raíz del último episodio de DANA o gota fría que ha descompensado el índice de sal, la clorofila y el oxígeno, perjudicando su ecosistema. Distintas asociaciones en defensa del Mar Menor y los vecinos de sus municipios urgen soluciones inmediatas para parar esta situación, y hasta el propio consejero de Agua y Medio Ambiente del Gobierno murciano, Antonio Luengo, ha declarado que «el Mar Menor se está quedando sin tiempo de vida» porque los parámetros físico-químicos han empeorado con cifras alarmantes.

Los males de la laguna proceden de los grandes volúmenes de agua dulce con 1.575 toneladas de nitratos y fosfatos que recibe de vertidos de las ramblas, del acuífero y de las escorrentías con materiales en suspensión y sedimentos a raíz de los episodios de DANA. Todo ello ocasiona que su escudo protector, que es la salinidad, se desintegre. En los últimos seis meses el Mar Menor ha pasado a ser un mar de colores; del marrón a causa del primer episodio de la gota fría, a la estampa multicolor de miles de peces muertos en la orilla de la playa de Villananitos en Lo Pagán, o el verde que ofrece ya en varias zonas por la baba que flota.

Esta baba o moco verde se debe a la proliferación de fitoplancton y algas en superficie multiplicado durante las últimas semanas debido a la situación anticiclónica, junto a las grandes cantidades de abonos disueltos en aguas dulces, procedentes del regadío intensivo del campo de Cartagena, que llegan desde drenajes superficiales y a través del nivel freático subterráneo.