Las instituciones vascas y alavesas han hecho un llamamiento a los ciudadanos para que se sumen a las concentraciones que han convocado este mediodía para condenar la muerte de la niña de 17 meses que falleció anoche a causa de las heridas sufridas tras ser arrojada por una ventana en Vitoria.

La pequeña permanecía ingresada con un traumatismo craneoencefálico y politraumatismos después de que D.G., un hombre de 30 años, la arrojara por la ventana de un primer piso después de que, según fuentes policiales, fuera descubierto por la madre mientras abusaba sexualmente de ella.

La madre, una ciudadana brasileña de 18 años, se encuentraingresada con múltiples heridas en el mismo hospital, el vizcaíno de Cruces, donde falleció la niña. El Ayuntamiento de Vitoria ha convocado una concentración silenciosa este mediodía en la Plaza Nueva de la ciudad para denunciar los "crueles hechos" que han desembocado en el fallecimiento de la niña.

A esta convocatoria se ha sumado el Gobierno Vasco, que estará representado por el consejero de Empleo y Asuntos Sociales, Ángel Toña, y por las viceconsejeras de Vivienda, Covadonga Solaguren, y de Asuntos Sociales, Lide Amilibia. También acudirá la directora del Instituto Vasco de la Mujer -Emakunde-, Izaskun Landaida, quien en un comunicado ha mostrado su más "enérgica" repulsa hacia este y todos los casos de violencia contra las mujeres y niñas y ha mostrado su apoyo a la madre de la niña y a su entorno.

A la misma hora, frente al Palacio foral, a pocos metros de la Plaza Nueva, las Juntas Generales de Álava y la Diputación han convocado otra concentración a la que se sumarán sus máximos representantes, entre ellos el diputado general, Ramiro González. En una declaración institucional de condena, las Juntas Generales de Álava han expresado su "más absoluta conmoción" por el asesinato del bebé y por la grave agresión a su madre.

Las Juntas han reiterado su máximo rechazo hacia la violencia de género, un problema social de "extrema gravedad" cuyas víctimas, como en este caso mujeres y menores a su cargo, sufren daños psicológicos y físicos irreparables. Además manifiestan su firme compromiso de trabajar con todas las instituciones y colectivos sociales del territorio en la erradicación de esta lacra para la que entienden imprescindible la concienciación y colaboración ciudadana.

En la calle Libertad, lugar en el que se encuentra el domicilio donde ocurrieron los hechos, vecinos de Vitoria han convertido la zona en un improvisado altar con velas y peluches para expresar su dolor por la muerte de la pequeña.