El turno de palabra a Albert López, el otro acusado del crimen de la Guardia Urbana, ha llegado cuando no quedaba casi nadie para escucharlo. La intervención de Rosa Peral fue el día grande de un juicio excepcional. No cabía nadie en la sala del jurado y en la de prensa los periodistas se amontonaron como podían. Este viernes por la tarde, en cambio, cuando Albert ha comenzado a responder a las preguntas del fiscal, la Audiencia de Barcelona estaba cerrada al público, la sala del juicio estaba vacía y en la sala de prensa se cabía sin problemas. Minutos antes, el Gobierno español declaró el estado de alarma por la epidemia de coronavirus.

Albert tenía ganas de hablar. Tantas que casi se ha comido al fiscal durante buena parte del tramo inicial del interrogatorio. Su estrategia era mostrarse como un hombre inmune a los celos e incapaz de enloquecer por amor a Rosa. "Le decía que iría a vivir con ella pero esa no era la verdad. Y aquí estoy para decir la verdad", ha soltado para insinuar que tampoco estaba tan implicado sentimentalmente. "Sí, le regalé un anillo pero no era de compromiso, era solo para que volviera a patrullar conmigo". "¿Que si éramos una pareja? Bueno, no éramos una pareja al uso", ha razonado finalmente acerca de si llevaba bien o mal que Rosa primero estuviera casada con Rubén y después saliera con Pedro la víctima mientras se veía con él. "No soy celoso, lo que me molesta es la mentira", ha insistido tal vez sin darse cuenta de que acababa de afirmar que él también mentía a Rosa.

Un bolero de Ricky Martin

Para llegar al corazón de Albert, el fiscal le ha leído letras de un bolero de Ricky Martin y de Radiohead, ambas canciones que él le había mandado a Rosa. Del segundo grupo, ha recitado varios versos en inglés de Creep, este entre ellos: "Flotas como una pluma, en un mundo hermoso, desearía ser especial, tú eres jodidamente especial". El fiscal, concentrado en probar que la relación de los dos amantes era febril y que planificaron deshacerse juntos de Pedro, ha sugerido que mandó esa canción porque la letra hablaba de ellos. Tendría sentido. Pero Albert ha respondido que Radiohead canta en inglés y que él nunca entendió esa canción.

El fiscal sí ha logrado acorralar a Albert al preguntarle sobre la llamada que Rosa le hizo la noche del crimen. "Me dijo, con voz casi ininteligible, lo he matado". "¿Y usted siguió durmiendo y no decidió ir a casa de Rosa hasta una hora después y cuando lo hizo ni la llamó para avisarla?", ha evidenciado la acusación. "Pensaba que ya estarían allí los Mossos y el SEM", se ha defendido Albert. Sobre esa llamada, el fiscal también ha querido saber por qué ha esperado tres años de cárcel en revelar su contenido. Y entonces Albert, imperturbable hasta ese instante, ha respondido que para dejar que fuera Rosa quien confesara y después, casi echándose a llorar, ha añadido que le dolió "todas las cosas que ella dijo de él" durante la declaración.

La estrategia de Albert es convencer al jurado de que solo encubrió el crimen porque solo hay una asesina: Rosa. Y para lograrlo también necesitaba convencerlos de que él no estaba loco por ella porque sin esa locura tampoco tenía sentido que él quisiera matar a Pedro. O, en palabras de Radiohead, que para él Rosa nunca fue "jodidamente especial".