«El camino al trabajo, las emergencias, las compras, las visitas médicas, la participación en reuniones, citas obligatorias y exámenes, la ayuda a otras personas o el deporte individual y el movimiento al aire libre, así como otras actividades necesarias, siguen siendo obviamente posibles». Este fue uno de los nueve puntos acordados entre el Gobierno federal y los ejecutivos regionales de Alemania, y anunciados el pasado domingo por Angela Merkel.

La cancillera, además de informar a los ciudadanos de las amplias restricciones de movimiento que rigen ahora en elpaís para intentar frenar el avance del coronavirus, también remarcó una medida: su Gobierno sigue resistiéndose a aplicar el confinamiento obligado y generalizado de su población, que puede salir a pasear y a hacer deporte siempre que no sea en grupo y se mantenga la distancia de precaución de metro y medio.

En Francia, el Gobierno ha endurecido ligeramente las condiciones del confinamiento decretado el 17 de marzo para frenar el avance del coronavirus y desde ayer están prohibidos los mercados de alimentación al aire libre, salvo que la prefectura los autorice a petición de los ayuntamientos. En localidades pequeñas o determinados barrios, este tipo de mercado es el único medio de tener productos frescos. Tampoco será posible salir a correr lejos de casa ni durante el tiempo que uno quiera. El primer ministro Edouard Philippe dejó claro el lunes durante su intervención en el informativo de TF1 que los desplazamientos para hacer algo de deporte o pasear con los niños tendrán que hacerse en un radio de un kilómetro en torno al domicilio. Solo se permitirá correr en solitario y una vez al día. En el certificado que justifique el desplazamiento deberá figurar la hora de salida de casa.