Carola Rackete se ha convertido en un doloroso espejo moral que refleja como las políticas migratorias xenófobas arrojan al agua cientos de vidas. Alemana y de 31 años, la capitana del Sea Watch 3 fue detenida este sábado por la noche por las autoridades italianas tras atracar sin permiso en la isla de Lampedusa para poder desembarcar así a 43 personas que llevaban 17 días a la deriva.

Rackete espera ahora detenida en la localidad siciliana de Agrigento a que esta tarde el juez que lleva la investigación la interrogue. Mientras tanto, en su país natal crecen las iniciativas de solidaridad y apoyo con la capitana. Es el caso de una petición que en apenas 36 horas ya ha recaudado más de 760.000 euros. "Quien salva vidas no es un criminal", reza el comunicado impulsado por los cómicos y presentadores televisivos Jan Böhmermann y Klaas Heufer-Umlauf.

Este dinero servirá para costear la defensa judicial de Sea Watch, una organización no gubernamental alemana que, como la española Pro Activa Open Arms, trabaja para rescatar a los refugiados que intentan llegar a Europa por el Mediterráneo. La fiscalía estudiará ahora qué medidas toma contra Rackete, quien podría ser sentenciada con entre tres y 10 años de cárcel o ser expulsada de Italia, mientras que se da por hecho que la oenegé será multada con al menos 20.000 euros.

Este sábado el ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, celebró la detención de Rackete mientras los votantes de su partido, la ultraderechista Liga, hacían lo mismo en Lampedusa increpándola y pidiendo que fuese violada por "estos negros". La capitana puede ser acusada de instigar la inmigración ilegal, violar el derecho del mar y de resistencia a la autoridad.

Críticas

Aunque la cancillera, Angela Merkel, se encuentra reunida en Bruselas negociando la nueva cúpula europea varios miembros de su gobierno ya se han pronunciado en defensa de su ciudadana. Espero que Bruselas mande una clara señal y pide la liberación inmediata de Rackete, ha asegurado Gerd Müller, ministro de Desarrollo. El político conservador ha pedido también una reforma de una ley migratoria europea que lleva tiempo bloqueada para evitar la constante muerte de personas en el Mediterráneo.

El presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, ha lamentado que un país fundador de la Unión Europea como Italia haya optado por criminalizar a alguien que rescata personas del mar. Salvar vidas es una obligación humanitaria, ha añadido Heiko Maas, ministro de Asuntos Exteriores.

La Iglesia alemana también se ha sumado a las críticas contra Salvini, cuyas acciones considera una desgracia para Europa, y contra la detención de la joven capitana. Quien persiga a ayudantes como Carola Rackete también matará la humanidad, remarcó Hans Leyendecker, presidente del Kirchentag, conocido congreso del cristianismo protestante del país.

El mar favorito para los europeos para veranear se ha convertido en los últimos años en una fosa común. En apenas seis meses de 2019 hasta 597 personas han muerto ahogadas en el Mediterráneo, una cifra que se dispara hasta al menos 10.165 víctimas desde 2014.